La Subsecretaria de Cultura de la ciudad de Neuquén inaugura la muestra “Contruspectiva” de Willy Morelli, en la Sala de Arte Saraco, el 12 de julio a las 20:30 hs.
Guillermo Morelli nació en Neuquén en 1972 y tiene formación como autodidacta. Cursó la carrera de Diseño Industrial donde descubrió su pasión por la pintura y luego se dedicó enteramente al arte. La diversidad de su trabajo lo liga a movimientos artísticos como la abstracción, el surrealismo figurativo y el action painting. Su estilo se define por su espíritu “co-creador y mágico”.
Participó en diversas exposiciones de salas de la región: Portal de la Patagonia (2002, Secr. Cultura de Provincia de Neuquén), en Hipermercado La Anónima (2005, Secr. Cultura de Provincia de Neuquén), Galería Espacio Humano (2008, Neuquén), muestra colectiva “Arte Patagónico” en Hotel Suite La Herradura (2010, Neuquén), Galería de arte AD (2011, Neuquén), muestra colectiva “Arte Patagónico” en Hotel Suite La Herradura (2012, Neuquén), muestra colectiva ” Salón Patagónico de Arte” (2012, H. Legislatura de Neuquén) y en la Bodega Familia Schroeder (2012, El Chañar).
Entada libre y gratuita. Sala Saraco, Av. Olascoaga y vías del Ferrocarril, Parque Central. Teléfono 0299-4491200, interno 4390.
ENTREVISTA DEL DIARIO LA MAÑANA NEUQUÉN
Arte Espiritual
Si bien el artista neuquino no tiene una formación académica, su línea como maestro mayor de obra y más tarde como diseñador, le han dado las herramientas suficientes para emprender este viaje liberador que es la pintura. “Todo eso, más la plástica que fui absorbiendo, más técnicas, es algo que va amalgamando a la muestra. Si bien el cimiento fueron mis primeros dibujitos no hay un tiempo determinado sino que es todo el tiempo. Porque esos dibujos están presentes en una obra más pulida”, contó el artista, quien posee su taller en Avenida del Trabajador 714.
Las producciones datan de 1999, 2005 hasta arribar al pasado año y el actual. “Las obras tienen una línea donde se ve esa metamorfosis y cómo se fueron trabajando. Por ejemplo, hay algunas que están hechas sobre un soporte duro y en madera. También hay técnicas libres y mixtas. Después hay otras con pigmentos y acrílicos e instalación con metales” adelantó.
Dentro de la muestra, el público que arribe a la sala podrá apreciar tres trabajos conceptuales -algunos con acero inoxidable- y un mueble intervenido. “Van estar aislados. El mueble es como una barra, un especie de dresuar que tiene una intervención. Es el primero de una serie que voy a comenzar a desarrollar. En realidad, es el último que pertenece a una serie blue”, detalló Willy. “Las obras siempre remiten algo que a veces no alcanza a remitir del todo. Por eso dejo al observador que interprete libremente”, agregó.
A la hora de crear, de ponerse manos a la obra, la inspiración a este hombre de tierra neuquina le surge “mientras va haciendo”. De enfrentarse al bastidor y arrancar desde una impronta, dejando espacios, hasta llegar a sus puntos de finalización. Que se da cuando finalmente la mente y los ojos quedan satisfechos. “Después de horas o haciendo intervalos de días se llega al producto final. A veces cuando se deja una obra puede suceder que se transforme. Porque uno llega con otra cabeza o con otro sentimiento. Siempre se van absorbiendo cosas y hasta se puede, inclusive, hasta cambiar la paleta de color cuando algo queda en stand by”, dijo Morelli.
Arte que cura
Desde 2008, desde su regreso de Buenos Aires, Willy Morelli se relacionó con la pintura. La misma que tras una perturbación psicológica funcionó como arte sanador. “Sufrí algo que no le encontraba explicación que traté de buscar por mucho tiempo. Y me di cuenta que me sirvió para aprender muchas cosas aceptando que en algún momento me sucedió algo. Pero con una medicación, apoyo familiar, contención de amor, todo se puede subsanar y seguir viviendo”, recordó el artista plástico. Y si bien el arte siempre estuvo a su lado aseguró que descubrió que “el arte sana”. “El arte es algo indiscutible pero el arte sana. Vos trabajás con el corazón, con tu cuerpo, espíritu y el arte te sana”, aseveró el pintor.
A pesar de estar convencido y, a su vez, funcionar como una especie de vocero -a raíz de su propia experiencia- al destacar que el arte funciona en algunos casos como la mejor medicina, hay algo que quizás produce una molestia. Y eso son los pre juicios o títulos que se le pueden dar a una persona. “Lo más duro de todo el tema es que siempre queda una “etiqueta”. Y salir a la sociedad con esa “etiqueta” es como volver a empezar. Es como un estigma que tenemos todos los pacientes psiquiátricos. Que te tilden de algo sin saber el tema bien de fondo”, destacó.
Mediante la recuperación y liberado de conflictos internos -porque en realidad las personas siempre tenemos conflictos internos de mayor o menor escala-, Morelli hoy se aboca a dar un taller en el área de Salud Metal del Hospital Castro Rendón. “A mi eso me reconforta y me sigue sanando”, dijo (ver aparte).
Se podría decir que ante esa circunstancia de la vida en el artista sucedió un quiebre en su andar, que hizo que se aboque de lleno a sus pinturas. “A mí me pasó, que lo que siente mi corazón y mi mente cuando pinto, es una libertad que trasciende los límites. Es mi lugar, mi meditación activa, mi abstracción absoluta… no hay tiempo. La obra soy yo, la obra es el universo y es algo mágico que pasa. Cuando uno logra esa amalgama con mente, cuerpo, espíritu y la podés plasmar: sos libre de cualquier cosa”, definió Morelli ante todo lo que le causa este arte purificador.
Conductas
Para Willy la disciplina es otro de los factores primordiales en su mundo artístico. Tener libertad significa que todos los días vas a tener un horizonte. «Todos los días vas a llegar a ese horizonte con trabajo, conductas y mucha disciplina. Muchos artistas esperan que venga alguien y les diga ‘sos un genio, vamos a exponer en Europa’. Y no va a pasar eso. Es como que hoy Mick Jagger te invite a cantar”, soltó Morelli al definir ciertos aspectos de su idea como artista.
Estar en movimiento permanente es una parte que le corresponde al artista, según Morelli. “Si vos vas desarrollándote, aprendés de colegas, de uno mismo, te movés, expones, eso trae todo. Es como los viejos dichos que nos marcaron. Si vos no ayudas a la suerte, la suerte no viene. Ir, venir, llamar, es una parte que tiene que hacer el artista”, dijo.
Llamativo puede sonar para muchos. Pero este artista ha llegado a vender una de sus obras en 10 mil pesos. Una cifra considerable que para él es “una bendición”. Justamente, Morelli consideró que los artistas “no se pueden dar grandes lujos”. “La comercialización es un grano de arena más que te ayuda a comprar elementos de trabajo. El boca boca, las muestras, funcionan para que la gente llegue a vos y se interese por lo tuyo. Gracias a Dios me he sabido relacionar y he generado círculos de amistad por todas partes. Eso ha generado que sea conocido aunque sé que necesito crecer mucha más. Me da cierta timidez porque hay otra parte que no sabe quién soy. Hoy mi meta más próxima es exponer en la sala Saraco y que la gente la pase bien. Ese es el mayor reconocimiento”, dijo Willy. “El valor de los trabajos es bastante subjetivo. Voy más a la obra finalizada. Qué trasmite y cómo queda enmarcada”, acotó.
Despertar
Láminas de Picasso, Miró o Dalí son comunes que aparezcan como decorado en casas o departamentos habitados por jóvenes y no tan jóvenes. Sin embargo, ese gusto ha cambiado. Moreli asegura que al menos en Neuquéne hay una “camada de adolescentes y jóvenes” que se interesa por el arte local. “Hace unos cuantos años en Neuquén se ha despertado al arte. Hay chicos que tienen su departamentito y quieren tener su obra local. Y juntan su moneda para tenerlo. Para mí eso que sucede es un orgullo. Es interesante lo que pasa», destacó. Y agregó «En el caso de mis obras hago entrega de un certificado de autenticidad de la misma que le da un valor agregado. El que invierte en arte no compra cualquier cosa. Son cosas que nunca pierden el valor”, opinó Morelli.
Cara conocida para una camada de viejos neuquinos -que rondan los treinta, cuarenta y pico de años-, Willy Morelli se siente feliz en este oficio que siempre tuvo presente. Una faena expresiva que funcionó como la mejor píldora que lo ha llevado a un bienestar liberador que se sella en “Contruspectiva”, un pedazo de su vida que dice mucho mediante simples colores.