El arte de la pintura ha contribuido de modo importantísimo a la difusión de los misterios bíblicos. Por siglos, la mayoría de los devotos analfabetos encontraron en las imágenes religiosas una forma de conocer la historia de Jesús.
Por Rubén Reveco
Licenciado en Artes Plásticas – Editor de la revista Machete
Las imágenes que generan la religión, el mito y todo tipo de creencia espiritual han ocupado gran parte del quehacer artístico. Desde épocas prehistóricas el hombre pintó diversas figuras en un afán de transfigurar sus anhelos, deseos, temores y sueños.
Pueblos de Oriente y Occidente recurrieron a sus artistas para que realicen magníficas obras de arte. Es así como, por ejemplo, Osiris, dios egipcio, Afrodita, diosa de la belleza, Marte, dios romano de la guerra, han llegado a nosotros como un testimonio poderosísimo de la mancomunada acción entre arte y fe.