La autora argentina de “La saga de los confines” murió hace cinco años pero su obra sigue viva en aulas, bibliotecas y ferias del libro. Las claves de una ficción que nunca se había hecho en esta parte del mundo.
Este lunes se cumplen cinco años de la inesperada muerte de Liliana Bodoc, una de las autoras contemporáneas más importantes de la literatura argentina. Murió a los 59 años en la provincia de Mendoza, donde vivió gran parte de su vida, como consecuencia de un paro cardíaco. A los 40 había publicado su ópera prima: Los días del venado, primera entrega de La saga de los confines, que la llevó a entrar “de modo explosivo” y “anómalo” al mundo literario, como describe su hijo, Galileo Bodoc: “Del anonimato absoluto dio un salto acrobático” a una vida de escritora.
Los confines
“Y ocurrió hace tantas Edades que no queda de ella ni el eco del recuerdo del eco del recuerdo. Ningún vestigio sobre estos sucesos ha conseguido permanecer. Y aun cuando pudieran adentrarse en cuevas sepultadas bajo nuevas civilizaciones, nada encontrarían”.
La saga de los confines es la obra de Bodoc más reconocida en el mundo. Fue traducida al inglés, polaco, italiano, francés, holandés, japonés y portugués. Consta de tres libros: Los días del venado (2000), Los días de la sombra (2002) y Los días del fuego (2004). También publicó, en 2012, Oficio de búhos, un libro de cuentos ambientado en el mundo de los confines durante los sucesos de la saga.
En una primera aproximación podemos decir que la trilogía pertenece al subgénero de la fantasía llamado “alta fantasía”, cuyo principal exponente es El señor de los anillos de J.R.R. Tolkien). Se caracteriza por estar situada en un mundo distinto al nuestro, con sus propias reglas, magia y criaturas fantásticas. En Tolkien este universo reúne a elfos, enanos y orcos. Los grandes temas de este subgénero son la lucha del bien contra el mal, un héroe -por lo general reticente- obligado a madurar rápido, y un señor oscuro que encarna todos los males.
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La saga de los confines cumple esos patrones pero tiene su propio giro. Los paisajes y las geografías de las Tierras Fértiles, el continente donde transcurre la mayoría de la trama, nos hacen evocar a Sudamérica; las culturas de los protagonistas nos recuerdan a los pueblos originarios: sus vestimentas, sus peinados y sus rutinas, pero también su espiritualidad, sus tradiciones, sus dioses y su relación con la muerte.
Esta disputa del bien contra el mal que propone Bodoc tiene, sin embargo, la particularidad de estar atravesada por conceptos sobre la colonización. El antagonista principal, Misáianes, vive en otro continente y sus fuerzas llegan a las Tierras Fértiles en barcos nunca vistos. Usan armas de pólvora, algo que los pobladores nativos desconocen. Además, la invasión no se desata al instante, sino que las fuerzas del mal primero buscan complicidad en algunas facciones del continente.
“Yo creo que Liliana Bodoc refundó la épica histórica local, con un punto de vista desde el Sur que hace foco en los habitantes originarios de nuestras tierras. Creo que ese enfoque es único y que abrió un camino para muchos otros”, opina Laura Leibiker, directora editorial de literatura infantil y juvenil en el sello Norma, que publicó, entre otras obras de la autora, Elisa, la rosa inesperada y Presagio de carnaval.
La versatilidad en la pluma
La obra de Bodoc es muy amplia. Una vez concluida La saga de los confines, escribió libros de distintos estilos y géneros. María Amelia Macedo, directora literaria de libros infantiles y juveniles de Penguin Random House, dice: “Liliana Bodoc logró una dimensión enorme dentro la literatura. Recorrió con gran maestría diversidad de géneros y eso no es usual.”
Tras su muerte, Bodoc fue homenajeada en distintos eventos literarios con muestras sobre su vida y su obra.
Bodoc escribía sobre todo literatura infanto-juvenil. “Creo que es de esas autoras capaces de generar lectores. Porque es imposible no quedar atrapado por su uso del lenguaje, por su poética, sus interpelaciones y su modo de hacer literatura. Un libro de Liliana en manos de un no lector hace el desafío mucho más sencillo”, acota Macedo.
Un ejemplo es El espejo africano, que ganó el 7° Premio de Literatura Infantil El Barco de Vapor en 2008. Trata de un espejo tallado a mano en África y las historias que lo involucran. Intercala entre una joven esclava intentando recordar su verdadero nombre, a José de San Martín y la guerra de la independencia, y a un huérfano español. El hilo que une las tres historias es material (el espejo pasa de mano en mano), y temático: todas las historias giran en torno a la lucha por la libertad.
Otro signo de su versatilidad es El rastro de la canela, republicada este mes por Penguin Random House. La novela es también una ficción histórica ambientada en una mansión del Buenos Aires colonial entre 1808 y 1810. Está protagonizada por dos hermanas de una familia de la élite española y sus esclavas. El libro incorpora elementos de liberación, amor adolescente y traición en un contexto pre-revolucionario. En 2023 también se publicarán reediciones de Aprendiz de dragón, con ilustraciones de Poly Bernatene, y Cuando San Pedro viajó en tren.
La prosa de Bodoc es única, como también lo es su forma de transmitir ideas. Leibiker reflexiona: “Liliana siempre pensó la literatura desde un punto de vista ético; no es que sus personajes tuvieran que hacer todo bien, ni que hubiera moraleja en sus textos, pero siempre en su punto de vista estaba la idea de lo que es la democracia, los derechos de las personas, el respeto por el otro y por la tierra”, dice. “Además de ser una escritora extraordinaria por su manejo de la palabra, todo eso estaba siempre muy presente y discutido dentro de su obra”.
Liliana Bodoc condujo «Los confines de la palabra» en Canal Encuentro: la reflexión sobre la escritura fue protagonista del ciclo.
Sus últimos dos libros, La profecía imperfecta y El elegido en su soledad, fueron parte de la saga Tiempo de dragones. Originalmente iba a consistir en cuatro entregas de una historia que transcurre en un mundo de fantasía con magos, dragones y tensiones entre culturas nativas y extranjeras. Antes de morir, publicó los primeros dos tomos. La obra fue completada de manera póstuma por sus hijos Galileo y Romina en base a los apuntes de la autora y a conversaciones que habían tenido sobre los libros. La conclusión de la saga, llamada Tiempo de dragones: Las crónicas del mundo fue publicada en mayo del año pasado.
Liliana y la muerte
“La hermana muerte carga con una tarea que todos comprenden pero pocos perdonan. Sin ella, los hombres no mirarían al cielo en las noches claras. Tampoco cantarían. Sin ella no existirían el suspiro ni el deseo. Sin ella nadie en este mundo se ocuparía de ser feliz” — Los días del venado
En La saga de los confines, la Muerte –o la Sombra– es un personaje complejo. Se le prohíbe tener hijos pero ella desobedece ese mandato dando a luz al antagonista principal de los libros. La segunda entrega, Los días de la sombra, desarrolla al personaje de la muerte en una suerte de villana no del todo cómoda en ese papel, que hace parte de la maquinaria de guerra de su hijo, pero a la vez se cuestiona su lugar en el mundo. La culminación de su arco llega en el tercer libro, donde debe decidir si seguirá siendo funcional a las fuerzas de la oscuridad.
Bodoc a sala llena en la Feria del Libro, con lectores de todas las edades.
En el año 2015, Liliana Bodoc condujo un ciclo de cuatro episodios en Canal Encuentro llamado Los confines de la palabra. En él exploró distintos aspectos de la literatura, la narrativa y la vida a través de reflexiones y diálogos con autores, artistas y lectores. El programa tiene un capítulo dedicado a la muerte: “La muerte está presente en mi literatura porque está presente en la vida. No hay la una sin la otra. De todos modos no está presente de un modo trágico o desesperante. Más bien como una realidad que debería servir para honrar el tiempo de nuestra vida”, reflexionó la autora.
En su ciclo, Bodoc argumentó que es una idea muy adultocéntrica evitar hablar de la muerte alrededor de las infancias, y explica cómo la integra a sus narrativas cuando es necesaria. Es tal vez en estas reflexiones que sus lectores acaso podemos encontrar un poco de consuelo tras cinco años de su súbita muerte.
“Liliana, luego de su fallecimiento, no solo no se extinguió sino que se expandió y se sigue expandiendo”, dice Galileo Bodoc. “Crece en sus lectores, en sus oyentes, en los docentes que trabajan con sus libros y los bibliotecarios que la recomiendan. Nos deja una forma de hacer y nos deja una confirmación de que es posible abocarse y arrojarse al arte y a la poesía con un propósito de transformación personal y también hacia los demás. Cada obra suya, cada frase, cada palabra, de alguna manera busca llegar al otro”.
Quién fue Liliana Bodoc
♦ Nació en Santa Fe en 1958 y a los diez años se fue a vivir a Mendoza. Murió en 2018 a los 59 años.
♦ Estudió Licenciatura en Letras en la Universidad Nacional de Cuyo. Antes de dedicarse a la escritura fue docente.
♦ Publicó más de 30 libros, enfocada especialmente en la literatura infanto-juvenil. La saga de los confines la popularizó a nivel mundial.
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