El célebre arquitecto brasileño revolucionó la arquitectura moderna
Río de Janeiro.- El célebre arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, que revolucionó la arquitectura moderna y fue uno de los diseñadores de la futurista capital Brasilia, murió en Rio de Janeiro este miércoles a los 104 años, informó a la AFP una portavoz del hospital Samaritano.
Niemeyer «falleció a las 21h50» locales, luego de estar más de un mes internado, dijo la portavoz.
«El arquitecto sufrió un agravamiento del cuadro de infección respiratoria, lo cual causó su muerte», precisó más tarde el hospital en un comunicado. «Murió rodeado de su familia», dijo a periodistas su médico, Fernando Gjorup.
Niemeyer, que el 15 de diciembre hubiera cumplido 105 años, estaba internado desde el 2 de noviembre, al principio a raíz de una deshidratación y para colocarle una sonda gástrica.
Después tuvo una insuficiencia renal por la cual comenzó a ser sometido a diálisis, una hemorragia digestiva que fue controlada y finalmente el martes una infección respiratoria que le obligó a utilizar un respirador y a ser sedado.
«Brasil perdió hoy a uno de sus genios, es un día para llorar», se lamentó la presidenta brasileña Dilma Rousseff en el blog oficial de la Presidencia.
«Niemeyer fue el mayor arquitecto de Brasil. Un genio de la arquitectura mundial. Dulce en el trato, firme en sus convicciones y amado por el pueblo brasileño», afirmó por su lado el gobernador de Rio, Sergio Cabral, que decretó tres días de duelo en el estado.
El cuerpo de Niemeyer será embalsamado esta noche en Rio y trasladado a Brasilia para un velorio el jueves en el Palacio de Planalto, sede de la presidencia y una de sus grandes obras. Luego regresará al Palacio de la Ciudad de Rio de Janeiro, donde tendrá lugar su funeral el viernes, informó el alcalde Eduardo Paes.
Nacido en Río el 15 de diciembre de 1907, en una familia burguesa de origen alemán, portugués y árabe, Oscar Ribeiro de Almeida de Niemeyer Soares diseñó más de 600 proyectos alrededor del mundo en más de 70 años de carrera.
Hasta su internación, Niemeyer siguió trabajando en su atelier de grandes ventanales curvados, frente a la famosa playa de Copacabana. «Tenía varios proyectos que estaban atrasados. Tenía una obsesión por el trabajo. Eso fue lo que hizo que llegara tan lejos», dijo su sobrino, Paulo Niemeyer Filho, a periodistas en el hospital.
En 1960, junto al urbanista Lucio Costa y al paisajista Roberto Burle Marx, ideó la nueva capital del país, Brasilia, con formato de pájaro en vuelo, y construyó edificios futuristas de líneas sinuosas como curvas femeninas, de cemento armado, que se transformaron en íconos de Brasil.
«Queríamos hacer edificios que crearan un cierto estupor porque eran diferentes», declaró en una entrevista concedida a la AFP hace unos años.
Por el innovador uso del hormigón en sus edificios de Brasilia, que fue inaugurada en 1960, el denominado «arquitecto de la sensualidad» ganó varios premios, entre ellos el Pritzker, equivalente al Nobel de Arquitectura, en 1988.
Niemeyer, en silla de ruedas desde hace cuatro años a raíz de una fractura de pelvis, fue hospitalizado varias veces este año y el año pasado, y decía a menudo que «tener más de 100 años es una mierda».
Niemeyer fue ateo y militante comunista hasta el final de sus días en este país de enormes desigualdades sociales.
«Sólo quedan dos comunistas en el mundo, Oscar y yo», dijo en 1995 el entonces presidente cubano, Fidel Castro, durante una visita a Niemeyer en su atelier.
Cuando cumplió 102 años, aseguró que Brasil se convirtió en un país más igualitario tras la llegada al poder de un exobrero, Luiz Inacio Lula da Silva, en 2003, reemplazado a fines de 2010 por su heredera política Dilma Rousseff, también del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda).
Su primer gran trabajo -y uno de sus preferidos- fue el «Complexo de Pampulha», en Belo Horizonte, terminado en 1943.
Participó entre otros en la concepción de la sede de las Naciones Unidas en Nueva York (1952) y diseñó el Museo de Arte Contemporáneo de Niteroi (1996), cerca de Rio, célebre por su forma de platillo volador.
En 1928, Niemeyer se casó con Annita Bildo, con quien tuvo una única hija, Anna Maria. Su unión duró 76 años, hasta la muerte de Annita a fines de 2004. Su hija Anna Maria murió en junio pasado, a los 82 años, víctima de un enfisema pulmonar.
A los 98 años, Niemeyer volvió a casarse con su secretaria, Vera Lucia Cabrera, 38 años menor que él y que le sobrevive.
Durante el último carnaval de Rio, en febrero, Niemeyer visitó las obras de renovación del Sambódromo, que construyó en 1984, y donde tendrán lugar varias competiciones de los Juegos Olímpicos de 2016, entre ellos la llegada de la maratón. (DPA)