El domingo por la noche, el Teatro Español se llenó de gente para aplaudir de pié a la nueva formación de Sanampay y su obra “Coral terrestre” que fueron presentadas por la Fundación de las Artes, dirigidas por Naldo Labrín.
Sanampay no es sólo el resultado de una tarea emprendida hace 30 años en México como testimonio de esos tiempos; Sanampay es un camino, como un río que corre por siempre. Es la búsqueda de voces y músicos para comprometer la tarea de testimoniar cada época, cada momento y situación de esta parte del continente. Labrín logra en cada formación dejar su sonido ya impreso como identidad definitiva de su talento.
Mariana Jolivet, Miguel Ángel Michelena, Marcelo Piñeiro son los solistas exactos para ese fin, con voces privilegiadas en afinación, timbre y color. Las guitarras e instrumentos variados con Javier Chapano, José Luis Denda, Rodrigo Nuñez, Víctor Villegas y el propio Labrín son un compacto equipo sonoro, donde la experiencia del director es acompañada por la talentosos jóvenes elegidos. Las canciones de Violeta Parra, Manuel Picón, Arnedo y Villar, Rafael Amor, entre otros destacados iguales, alcanzan a emocionar y conmover plenamente. Sanampay sigue siendo una perla musical y poética en el país, una voz imprescindible.
El final fue con “Coral terrestre”, una obra única en su género en América. La voz de Darío Altomaro en los textos de Tejada Gómez , lleva al espectador a la realidad que el poeta describió como como un exquisito artesano de la palabra, para hablar de las dictaduras de América y las luchas por la libertad. La música de Labrín es una joya en climas, armonías y belleza. El “Coral Neuquén” y los treinta músicos que participaron, fueron una demostración cabal del patrimonio humano artístico que posee la región. Una obra de magnitud que se presentará en Buenos Aires, con el final en el Teatro Cervantes el 19 de junio. Un acierto.
Texto de Hilda López
FUENTE: diario La Mañana Neuquén