El chelista de Sarajevo

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En medio de la muerte y la destrucción, se jugó la vida para hacer música en nombre de la paz.

Cada dos años un grupo de los más distinguidos chelistas del mundo y otros apasionados de este modesto instrumento —lauderos, coleccionistas, historiadores— se dan cita en el Festival Internacional de Chelo en Manchester, Inglaterra, para celebrar talleres, clases magistrales, seminarios, recitales y fiestas. Todas las noches los cerca de 600 participantes se reúnen para asistir a un concierto. En el festival de 1994, donde di un recital de piano, el programa de la noche de estreno en el Royal Northern College of Music constaba de obras para chelo solo. En el escenario de la magnífica sala de conciertos había una silla solitaria; ni piano, ni atril, ni podio para director. Se iba a tocar música en su forma más pura e intensa, y el ambiente estaba cargado de expectativa. El chelista esa noche de abril sería el mundialmente famoso Yo-Yo Ma, y detrás de la obra que interpretaría había una historia conmovedora.

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