La Feria Internacional del Libro de Neuquén tuvo, ayer, su merecido epílogo con la presencia Felipe Pigna, encargado de cerrar la primera edición de un evento cultural sin precedentes en esta ciudad.
Como era de esperarse, el público superó la capacidad del auditorio del MNBA (uno de los cuatro espacios destinados a la feria) y mucha gente debió presenciar la charla del historiador a través de una pantalla que la organización dispuso en el hall del Museo.
Pigna, el hombre que tuvo la virtud de romper con la idea de que la historia es algo aburrido y de que el pasado está destinado a morir olvidado en una biblioteca, llegó para presentar “Los mitos de la historia argentina 5”, publicado por editorial Planeta, donde aborda el período que va desde 1955 a 1966.
“Uno trata por todos los medios de dar a conocer la historia, desde hace años lo vengo haciendo. Muchos recordarán el programa “Algo habrán hecho”, que insólitamente tuvo 25 puntos de rating. Llevo adelante esta aventura de recorrer la historia con la intención de dársela a conocer al pueblo argentino. Siempre es una alegría compartir con ustedes un nuevo libro”, dijo y resaltó que “Todos mis libros tratan de hacer flexible algo complejo sin hacer reduccionismo”. Tras la charla se dirigió a la globa de stands para firmar ejemplares.
Mientras tanto, Teresita Valdettaro, coordinadora de la comisión de actividades educativas de la Fundación El Libro, y encargada de la programación de la feria, habló con La Mañana y se animó a hacer el balance de esta primera experiencia que, con sus aciertos y aspectos a corregir, promete regresar el año próximo.
Anticipándose a los cálculos finales, Valdettaro comentó que, a la hora de los balances, la cuestión comercial no se puede dejar afuera; y en ese sentido anticipó que “los números cerraron bien, todos los expositores están contentos. Por lo menos eso se dice, se ha vendido bien”. Aunque destacó que “el principal objetivo era generar en Neuquén una movida cultural fuerte que acercara a todos los públicos a la cultura y en especial a la literatura. Por eso fue tan diversa la programación y la propuesta que tuvimos: desde poesía para chicos hasta los somelie de la yerba mate. Esto logró, porque realmente pensamos una programación interesante para todos, que no se ciñó solamente a la literatura ni a autores de nicho, sino que hubo para todos los gustos”.
Otro de los propósitos planteados fue integrar lo local con las propuestas visitantes -algo que “también se cumplió, porque el 50 por ciento de la programación fue de escritores locales, y, en general, funcionaron muy bien”-; además de dar una buena recepción a cada uno de los invitados, aspecto que en cierta medida garantizará una nueva edición. “Para mí era muy importante que los invitados se sintieran cómodos y expresaran que volverían, y eso también se cumplió”, contó satisfecha y resaltó la importancia de generar un contacto más cercano entre lectores y autores, algo que en ferias de otras dimensiones no es posible.
El top 3
A lo largo de 15 días, y bajo el lema “El libro abre mundos”, la feria contó con la presencia de reputados autores de todos los géneros o disciplinas, tales como Ana María Shua, Federico Andahazi, Mempo Giardinelli, Florencia Andrés, Pablo de Santis, María Teresa Andruetto, Ema Wolf o Bernardo Stamateas, entre otros tantos.
A la hora de dar cifras, Valdettaro contó que el día que más asistencia se contabilizó fue el jueves último, debido al feriado administrativo otorgado por el 109 aniversario de la ciudad. Según la también docente, ese día pasaron por el predio cerca de 2.500 personas. En cuanto a quién fue la personalidad más convocante, hasta ayer era el autor del best seller “Gente Tóxica”, Bernardo Stamateas. Sin embargo, haciéndose eco de “la opinión del público”, para Teresita los escritores que tuvieron más resonancia fueron Giardinelli, Shua, Andahazi y por supuesto Pigna: “Diría que fueron los tres que conciliaron la gran calidad de exposición y una muy buena presencia del público”, expresó.
“Mempo se presentó con un aplauso cerradísimo. Él estaba muy contento. Fue una agudísima recepción sobre la literatura argentina, no sólo sobre su obra. Para destacar. Shua tuvo tres participaciones en la feria y es una persona muy querida. Y bueno, Andahazi fue el tercero. La verdad, es encantador y cautivó al público de una manera de la que no fui ajena, porque fue muy interesante. Bueno, y Pigna que todo el mundo lo está esperando”, agregó, minutos antes de la conferencia de cierre.
Para mejorar
Pero como en toda primera experiencia hay cosas para mejorar, y Valdettaro no está exenta de la autocrítica. A pesar de algunas variables externas, como el clima, que atentaron contra el evento, la coordinadora de programación también reconoció algunas “fallas” operativas propias de una primera experiencia. Una de las más visibles fue la escasa concurrencia a las jornadas educativas; un fenómeno que adjudicó a varios factores: “Mi experiencia coordinando actividades educativas en la feria del libro de Buenos Aires me dice que es un público que se va construyendo. A lo mejor no está tan asociado la instancia de formación con una feria. Pero creo que es algo que hay que ir instalando, y para eso necesitás más tiempo, y a lo mejor una comunicación mas específica y menos general. No creo que tenga que ver con falta de interés de la gente”, evaluó.
Además, y en cuanto a la propuesta comercial de la feria, Valdettaro reconoció que, quizás, “fue mejor la programación que la oferta de libros; y es un punto que tenemos que mejorar. Pero apuntamos en todas esas direcciones”, y estimó que posiblemente el año que viene se reduzca la duración de la feria a 10 días. Aunque resaltó la importancia de contar con tiempo para ir mejorando algunos aspectos en el mismo transcurso de evento: “Como primera experiencia era necesario instalarla, y después que tuviéramos tiempo de ir corrigiendo estrategias. A medida que veíamos algunas cosas, las pudimos mejorar. Y eso es bueno”.
Fuente: Diario La Mañana
