Murió el artista uruguayo Carlos Páez Vilaró

Fallecio-Carlos-Vilaro-Fernando-Orden_CLAIMA20140224_0079_17Tenía 90 años. Falleció en Casapueblo, su legendaria creación ubicada en Punta Ballena, a 13 kilómetros de Punta del Este.

Había nacido el 1 de noviembre de 1923, en una familia tradicional de Montevideo. En su adolescencia viajó a la Argentina y se quedó a vivir en Buenos Aires, donde pasó su juventud: trabajó en una fábrica de fósforos, en una reconocida imprenta y comenzó a desarrollarse como artista plástico.

En los años 40 regresó a Uruguay y centró su obra artística en las temáticas del carnaval y el candombe, lo que lo vinculó a la cultura afrouruguaya. Ese vínculo lo convirtió en una figura destacada de las tradicionales “llamadas”.

En 1956 dirigió el Museo de Arte Moderno de Montevideo y, en 1958, fue secretario del Centro de artes populares del Uruguay.

Tuvo seis hijos, tres uruguayos y tres argentinos. En 1972 tuvo el momento más duro de su vida: el avión en que su hijo “Carlitos” y sus compañeros de rugby viajaban a Chile cayó en la cordillera de los Andes. Carlitos estuvo 72 días desaparecido y fue hallado luego de que la búsqueda oficial hubiera sido abandonada.

El hijo del artista fue uno de los 16 sobrevivientes de lo que después se conoció como “El milagro de los Andes”.

Páez Vilaró viajó por todo el mundo. En sus viajes conoció a Picasso, Dalí, De Chirico y hasta convivió con el Dr. Albert Schweitzer en el leprosario de Lambaréné. Su vida artística trascendió a la pintura: también se dedicó a la escultura, a la arquitectura, el cine y la litaratura.

En los últimos treinta años, vivió ocasionalmente en Tigre, provincia de Buenos Aires. Allí construyó un atelier, en la Casa Bengala. Se autodenominaba un «pintor del medio del río», por las idas y vueltas que hacía entre Uruguay y la Argentina.

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