«¡Pagarás por la sangre de los inocentes, Felipe, rey blasfemo! ¡Y tú, Clemente, traidor a tu Iglesia! ¡Dios vengará nuestra muerte, y ambos estaréis muertos antes de un año!», proclamó antes de morir.
Por Juan Gómez Jurado – diario ABC
Despunta el alba en la Isla de los Judíos, pero el sol apenas clarea de gris el lúgubre recodo del Sena. Las orillas están a rebosar de rostros curiosos, tanto en el lado del mercado como en el que linda con los jardines del Palacio del Rey. Hay risas, y vino, y putas trabajando bajo los mantos. Porque toda ejecución es un espectáculo y todo espectáculo es una fiesta.
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