Pocas cosas más intrigantes que un buen sitio misterioso, con historias inexplicables o fenómenos que desafían las explicaciones racionales. Aquí, cinco sitios imperdibles que disparan preguntas sin respuesta.
1. LINEAS DE NAZCA – Perú: En el sur de Perú hay una serie de grandes, enormes dibujos sobre la arena dura del desierto, que sólo se ven desde la altura. ¿Fueron hechos por extraterrestes?, ¿son guías de vuelo, pistas de aterrizaje o de carrera, calculadoras astronómicas gigantes, acueductos para riego? Muchas especulaciones para monumentales diseños hechos de piedra sobre arena, y muy precisos: el mono, la araña o el colibrí se distinguen claramente desde la altura. La arqueóloga norteamericana Christina Conlee asegura que los diseños fueron hechos por la cultura nazca hace más de 2.000 años, y serían caminos que se recorrían durante ceremonias rituales. ¿Fin del misterio?
2. AREA 51 – Estados Unidos: Unos 170 km al norte de Las Vegas, en el estado de Nevada, se encuentra la zona más secreta del mundo, sobre la que se tejen cientos de historias, de las científicas a las delirantes. Se la puede conocer como «Dreamland», o «Groom Lake», pero su nombre es Area 51, y es una inmensa base militar de la Fuerza Aérea estadounidense, cuyo objetivo principal se desconoce, aunque está claro que se realizan investigaciones de armas avanzadas y pruebas de aviones experimentales. Se especula que allí se ocultaron los restos del famoso choque de una nave extraterrestre en Roswell, Nuevo México, en 1947. La paranoide seguridad que rodea el área alimenta el mito.
3. STONEHENGE – Inglaterra: En el solsticio del 21 de junio, el sol salía atravesando el eje de este centro ceremonial, claro indicio de que quienes lo construyeron tenían conocimientos de astronomía. El mismo día, el sol se ocultaba atravesando el eje del Woodhenge, donde se encontraron huesos de animales y objetos que evidencian que se celebraban fiestas, probablemente al anochecer. Pero, aún cuando existan teorías y explicaciones parciales, aún no se sabe a ciencia cierta para qué se construyó Stonehenge, un conjunto formado por dos círculos de piedra concéntricos, 140 km al sudoeste de Londres. Se cree que se levantó a lo largo de 1.600 años y se terminó hace 3.500, y que posiblemente las piedras se movieron utilizando bolas de madera o piedra o cojinetes a modo de rodamientos. Pero hay piedras que viajaron más de 380 km para llegar a su lugar actual, y las más pesadas superan las 50 toneladas, con lo que se habrían necesitado 600 hombres para moverlas.
4. LAS WANDJINAS – Australia: Dice la leyenda que en varios sitios de Australia, sagrados para los pueblos originarios, hubo duros combates entre el Dios del Sol, que llegó del cielo en una nave, y el Dios de la Tierra. Representaciones de estas luchas se reflejaron en extraños monolitos y formas diseminadas por el país. Muchas en Kimberley, zona poco poblada y de magníficos paisajes rojizos, en el noroeste. Allí, en 1838, el explorador George Grey descubrió unas pinturas rupestres antropomorfas que se asemejan mucho a astronautas o lo que podemos imaginar como extraterrestres. Los aborígenes las llaman «wandjinas», y aseguran que fueron hechas por los propios seres representados, cuando descendieron a la Tierra en tiempos muy antiguos. De hasta siete metros de altura, muestran personajes con dos grandes cuencas oculares sobre una tez blanca y sin boca. Llevan en sus cabezas especies de aureolas luminosas y tienen de tres a siete dedos en sus manos y pies. Para muchos, un claro indicio de nuestro pasado extraterrestre.
5. LOS MOAIS – Chile: Aunque existen cinco teorías sobre cómo se movieron hasta los sitios que ocupan hoy, muchos siguen sin creerlas. Y por eso los moais de la isla de Pascua, en medio del Pacífico, siguen siendo tan enigmáticos. Pero no son el único misterio del lugar, donde a mediados del siglo XIX se encontraron unas tablas de madera –lo que confirma la existencia de árboles en otras épocas– con inscripciones jeroglíficas muy parecidas a las que se utilizaban en el Valle del Indo –hoy Pakistán–, cuna de una de las primeras civilizaciones. ¿Por qué el lenguaje de esas tablillas sólo se encontró en esta isla y no hay rastros de él en el resto de la Polinesia? ¿De dónde procedía el conocimiento que permitió levantar los moais?, ¿por qué otros pueblos polinesios no hicieron lo mismo? Algunas preguntas sin respuesta que hacen de Rapa Nui, o Isla de Pascua, un fascinante enigma.
FUENTE: diario Clarín
