Por Leo González (diario Río Negro)
En enero de 1969, en el número 18 de la revista Marvel Super-Heroes, hacían su aparición Los Guardianes de la Galaxia, creados por Arnold Drake y dibujados por Gene Colan. Este equipo de superhéroes se desenvolvía en el siglo XXXI en una línea de tiempo alternativa del Universo Marvel denominada Tierra-691. Los miembros del equipo eran cada uno -aparentemente- el último de su especie y se dedicaban a combatir a los Badoon, una raza alienígena que intentaba conquistar el sistema solar de la Tierra. En 2008 reiniciaron el cómic formando un nuevo equipo que es el que se presenta en la pantalla grande.
Peter Quill (Chris Pratt) es un aventurero espacial que de chico fue abducido de la Tierra por unos alienígenas que lo criaron y le enseñaron un oficio: buscar objetos preciados para venderlos al mejor postor. Quill (que se hace llamar Star-Lord) llega hasta un planeta y se hace de un orbe, un artefacto que en su interior posee una gema cuyo poder es inmenso y sirve para destruir planetas enteros. Peter desconoce esto y se acaba de meter en varios problemas: por un lado traicionó a su «gente» para quedarse con el botín, y por otro ese objeto es codiciado por Ronan (Lee Pace), un villano bastante peligroso que hizo un pacto con Thanos (Josh Brolin) para conseguir la esfera y destruir el planeta Xandar.
Por supuesto que ponen precio por la cabeza de Quill y ahí hacen su aparición Rocket (Bradley Cooper), un mapache cazarrecompensas genéticamente alterado y su aliado fiel Groot (Vin Diesel), una especie de árbol humanoide. Además está Gamora (Zoe Saldana), una hija adoptiva de Thanos que es una perfecta asesina y busca expiar sus pecados. A este grupete se les unirá Drax el Destructor (Dave Bautista), que quiere acabar con la vida de Ronan por haber asesinado a su familia. Este dispar grupo unirá sus fuerzas.
Con esta película comienza la Fase 2 del Universo Cinematográfico de Marvel: realizar filmes sobre superhéroes que finalmente se unan en un crossover.
James Gunn fue el elegido para dirigirla. Más conocido por su rol de guionista, tiene en su haber un pequeño hit que es Slither – Criaturas Rastreras (Slither, 2006).
Se desenvuelve cómodamente en este largometraje y sortea bastante bien el tedio que significa presentar a los personajes y sus historias. Todo el producto está bien compactado: una aventura atractiva + personajes queribles + efectos especiales tremendos + chistes acordes. Un problema que tal vez tengan que solucionar a futuro: darle más profundidad a las tramas y dejar de hacer filmes tan similares en su concepto (Léase: vacío de contenido dramático). Se vuelven repetitivos y repiten una y otra vez la fórmula con el solo objeto de recaudar.
Más allá de esto, la película entretiene todo el tiempo y le da a los fanáticos lo que buscan. No se levanten de sus butacas, ya que hay una escena final tras los créditos. Vale decir que se confirmó hace pocos días que el 28 de julio de 2017 se va a estrenar la secuela. Depositen su fe tranquilos en esta película, que estos guardianes saben hacer su trabajo.