¿Las cosas no están tan mal en el mundo?

1417801225_020910_1417903881_noticia_normalLos medios de comunicación nos sirven tragedias a diario. Sin embargo, los datos refutan el catastrofismo. En el mundo actual hay menos guerras, menos pobres y menos hambre.

Proclamar, en plena era del ébola, del Estado Islámico y de los tambores de Guerra Fría en Ucrania, que el mundo no va tan mal y que, si lo parece, se debe a la lente deformante de los medios de comunicación y de las redes sociales, puede parecer una insensatez o una provocación.

Esto hizo a finales de agosto el presidente de Estados Unidos, Barack Obama. En una charla con donantes de su partido, el demócrata, en una residencia privada en las afueras de Nueva York, Obama intentó contrarrestar la impresión de que se encontraba desbordado por una sucesión de crisis mundiales fuera de control. Las comparaciones con el verano de 1914, cuando un disparo en Sarajevo desencadenó, por sorpresa de las capitales mundiales, la I Guerra Mundial, llevaban semanas siendo motivo de columnas y debates en Washington.

“Si miras los telediarios de la noche, te da la sensación de que el mundo se derrumba”, dijo el presidente en Nueva York. “Y la verdad es que el mundo siempre ha sido un lío”, añadió después de repasar los conflictos del verano de 2014. “En parte, nos damos cuenta ahora debido a los medios sociales y a nuestra capacidad para ver, en los detalles más íntimos, las adversidades que la gente sufre”.

¿Qué hacía el presidente minimizando este tiempo de guerras y decapitaciones? ¿Por qué culpaba al mensajero? “¿Es la III Guerra Mundial? ¿O sólo Twitter?”, tituló una de sus ácidas columnas Maureen Dowd, de The New York Times.

 

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