A comienzos del siglo XX, la provincia de Santa Cruz, en la Patagonia argentina era un centro de producción de lana con destino a la exportación, con grandes latifundios y frigoríficos ingleses. La baja demanda de los stocks de lana que estaban acumulados al finalizar la Primera Guerra Mundial, y la caída del precio de 9 a 3 pesos, regresando así al nivel normal de cotización en tiempos de paz, darán lugar a una crisis regional. Esta afectó a los estancieros y comerciantes, pero repercutió aún más sobre los trabajadores laneros y los peones rurales, que vivían en condiciones miserables. La jornada normal de los obreros de ese entonces era de 12 horas, la de los esquiladores y los arrieros rondaba las 16 horas; los salarios eran ínfimos, y frecuentemente eran pagados en bonos o en moneda extranjera que al cambiarla en los comercios era tomada por un valor menor. El único día de descanso era domingo.
En 1920, en Río Gallegos, capital de la provincia, la Federación Obrera Regional Argentina había organizado la Sociedad Obrera dirigida por el anarquista español, Antonio Soto, conocido como «el gallego» Soto.
La Patagonia rebelde fue un evento protagonizado por los trabajadores en rebelión de la provincia de Santa Cruz, y que fueron reprimidos por el Ejército en el año 1921, por orden del presidente Hipólito Yrigoyen. Alrededor de 1.500 obreros fueron fusilados en el transcurso de varios días de rebelión.
Para descargar: http://revistamachete.blogspot.com.ar/2011/03/la-paragonia-rebelde.html