El evento más convocante de la cultura argentina. Ayer jueves hubo escuelas, familias y, sobre todo, grupos de adolescentes.
Cada año ocurre un poco antes o un poco después, pero finalmente llega el día en el que la Feria del Libro toma la temperatura que la convierte en el evento cultural más masivo del país. En esta 41° edición fue ayer: hubo muchas visitas escolares que incluso se quedaron hasta después del horario de clases -algo no siempre habitual-, hubo muchas familias y muchos grupos de amigos, especialmente adolescentes, que recorrieron stands, charlas y puestos de hamburguesas.
Los libreros, los cajeros y los mozos coincidían sobre la (primera) gran afluencia de gente, tal vez alentada por el feriado de mañana que permite llegar más tarde esta noche a casa. Y se supone que es sólo el principio de un fin de semana poblado: mañana empiezan las jornadas en las que los bibliotecarios populares compran con descuentos altísimos, y estará nada menos que John Banville, el último Premio Príncipe de Asturias de las Letras, en una charla.