Cinco errores científicos de «Jurassic Park» que Spielberg no quiere que conozcas
12 junio, 2015 |
Ni los velociraptores eran tan grandes, ni la visión del T-Rex se basaba en el movimiento. La comunidad científica ha cargado contra la saga con la llegada de «Jurassic World»
La llegada de «Jurassic World» ha iniciado una vez más, y como ya hicieran sus predecesoras, la fiebre por los dinosaurios en el mundo. Y es que, ver en la gran pantalla como se podría disfrutar -ingeniería genética mediante- de estos monstruos prehistóricos en un parque temático parece abrir el apetito de conocimiento del público.
No obstante, hay un colecto que está -en parte- disgustado por su llegada: el de los paleontólogos. Y es que, no son pocos los que consideran que el largometraje cuenta con severos fallos científicos que los cineastas deberían subsanar. Así lo han afirmado, al menos, varios de ellos a la versión digital del diario «Daily Mail».
1- Una de las críticas que más se han popularizado desde la aparición de la primera parte de «Jurassic Park» es la que afirma que los velociraptores no tenían la capacidad de abrir puertas. En contraposición, el asesor científico de la saga, Jack Horner, ha señalado en multitud de ocasiones que las críticas se basan en opiniones, y no en hechos, pues se desconoce «lo inteligentes que eran» estos animales.
2- No todos los dinosaurios eran coriáceos. En palabras del paleontólogo James Kirkland, un gran fallo de esta saga es que muestra a todos los dinosaurios como lagartos con una piel dura y escamosa. Sin embargo, como se ha descubierto gracias a los fósiles hallados en América del Norte, China y Alemania, muchos de ellos tenían la piel blanda e, incluso, contaban con plumas con colores brillantes. En este sentido, la profesora Julia Clarke, de la Universidad de Texas, cree que es lamentable que se siga reforzando la idea de que todos estos animales eran «escamosos».
El director de la última entrega de la película ha respondido a estas críticas afirmando que le informaron de esta característica de los dinosaurios, pero que prefirió no incluirla en los animales que aparecen en el largometraje. Esto lo corroboró enviando el siguiente mensaje en Twitter: «No hay plumas #JP4». A su vez, ha incidido en la idea de que su obra no es más que una película de ciencia ficción que, como tal, se toma varias licencias.
3- La visión «basada en el movimiento» de T-Rex. Una de las escenas más conocidas de la saga es en la que se puede ver a Alan Grant sujetando a una de las niñas cuando esta se encuentra frente al Tyrannosaurus-Rex. «No nos verá si no nos movemos», afirma el científico. ¿Es esta recomendación acertada? Según los paleontólogos, no, pero los asesores de «Jurassic Park» no están conformes: «La mayoría de los animales no pueden identificar a un ser humano si no han visto antes uno. Si te quedas quieto, no sabrán lo que eres».
4- El aspecto de los dinosaurios. En contra de lo que muestra la saga, hay dinosaurios que son radicalmente diferentes a los que se muestran en la gran pantalla. Un ejemplo de ello es el velociraptor (que realmente tenía una el tamaño de un caniche y que, según los expertos, no hay evidencias de que pudiesen comunicarse). Lo mismo sucede con el ankylosaurus que, aunque en el tráiler tratan de romper varios objetos con su cola, nunca lo hacían debido a que no la usaban para cazar, pues eran herbívoros. Finalmente, el mosasaurus y el tylosaurus son representados mucho más grandes de lo que deberían.
5- Un dinosaurio «inteligente» modificado con ingeniería genética. El último invento de «Jurassic World» ha recibido críticas por doquier. Sin embargo, el asesor del largometraje afirma nuevamente que esta es una película de ficción y que la película no está del todo equivocada. En sus palabras, lo que sucede con este animal en «Mundo Jurásico» es «científicamente más plausible» que lo que sucede con otros animales similares en otras películas.