Muestras en Holanda, Bélgica y Francia conmemoran los 125 años de la muerte del pintor, que se cumplen el 29 de julio. Mientras la duda aún ronda: ¿se suicidó o lo asesinaron?
Vincent Van Gogh, coge sus óleos, paleta y caballete y sale a los campos de trigo a pintar. Con furia desliza el pincel sobre el cielo brumoso de su lienzo, mientras unos cuervos lo amenazan por detrás. Se gira molesto y mira el paisaje con desazón. Deja sus herramientas a un lado, camina hacia un árbol y desde su chaqueta saca un pequeño revólver. Garabatea una nota. Luego hay un corte a los campos de trigo. Se ve al pintor caminando a lo lejos. Se detiene, empuña el arma a un costado de su torso, dispara y su cuerpo cae desplomado, espantando a un grupo de cuervos que se elevan al cielo.
La trágica escena es el final de Sed de vivir, la película biográfica sobre el pintor holandés, de 1956, dirigida por el gran cineasta Vincente Minnelli, protagonizada por Kirk Douglas como Van Gogh y basada en el libro de Irving Stone. Película y libro, sin duda, han servido como material para construir la leyenda del atormentado artista holandés, famoso por su pintura rabiosa y vibrante, nunca valorada en vida y que junto a su débil salud mental lo habrían llevado al suicidio. Sin embargo, ¿Realmente sucedió así? En 2011, los escritores estadounidenses Steven Naifeh y Gregory White Smith lanzaron un polémica teoría en la biografía Van Gogh: The life, donde afirmaban, luego de 10 años de investigaciones en archivos de la época y las cartas del artista, que en realidad su muerte habría sido provocada por terceros. Específicamente un grupo de adolescentes que habrían disparado accidentalmente el arma contra el pintor, y a quienes incluso éste habría tratado de proteger.
No era la primera vez que los autores daban un vuelco a la historia de un artista. En 1991, en su biografía Jackson Pollock, una saga americana, concluyeron que el pintor expresionista, conocido por su machismo, habría tenido tendencias homosexuales. Llovieron las críticas, pero también los elogios: Naifeh y White Smith ganaron un Pulitzer, y el libro dio origen al filme Pollock (2000) dirigido y protagonizado por Ed Harris.
En el caso de Van Gogh, la teoría del asesinato aún es discutida. En ese entonces, Leo Jansen, curador del Museo Van Gogh en Amsterdam y editor de las cartas del artista, desacreditó la obra. “No se puede estar de acuerdo, porque aún no hay las suficientes evidencias. Sólo sabemos lo que se dijo, y el suicidio es la versión que más asidero ha tenido a lo largo de los años”, afirmó.
Sin embargo, a fines de 2014, los estadounidenses volvieron a la carga, pidiéndole al experto forense Vicente Di Maio que examinara las pruebas que se tienen del cuerpo de Van Gogh: “Con toda seguridad médica su herida no fue autoinflingida”, sentenció el patólogo, en un artículo publicado en Vanity Fair.
Así, la duda en torno a la muerte vuelve a sembrarse, ahora a poco de cumplirse 125 años de la muerte del artista holandés, el próximo 29 de julio. Mientras, en Europa se celebra su talento con una variada agenda de exposiciones en Holanda, Bélgica y Francia, los tres países que Van Gogh habitó, además de la obra teatral Vincent, creada por el fallecido actor de Star Trek, Leonard Nimoy, que se estrenará el próximo mes en el Theatre Cine 13 de París de la mano del francés Jean-Michel Richaud. Además habrá recorridos turísticos como el del hospital siquiátrico Saint Paul al que el artista ingreso voluntariamente en 1889 y donde produjo varias obras.
Exito e influencia
Considerado hoy como uno de los artistas más influyentes en la evolución de la pintura del siglo XX, Van Gogh fue resistido en vida y el artista casi no conoció el éxito, debiendo vivir siempre a expensas de su hermano Theo. Sin embargo, meses antes de morir había realizado sus primeras exposiciones, llamando la atención de la crítica y los coleccionistas, que le auguraban un brillante futuro. Así sería: en 1901 se hizo la primera retrospectiva de sus obras en París, y en 1905 en Amsterdam. Ambas tuvieron un efecto posterior impensado en las generaciones nuevas de artistas, sobre todo en aquellos ligados al fauvismo y al expresionismo abstracto como Willem de Kooning, Pollock, Egon Schiele y Gustav Klimt. Hoy, junto con Picasso, Van Gogh es uno de los artistas mejor cotizados: ya en 1990 el Retrato del Dr. Gachet (quien fuera su doctor y marchante), se vendió en US$ 82 millones en Christie’s.
Su faceta de referente es explorada por las exposiciones de este año: el Museo Kröller Müller de Otterlo, Holanda, contrapone más de 50 pinturas y dibujos del holandés, junto a la de artistas que lo antecedieron, contemporáneos y seguidores desde Paul Cézanne, Paul Signac y Henri Fantin-Latour, hasta Johan Thorn y Bart van der Leck. Mientras que otra de las más esperadas, que se inaugura en septiembre en el Museo Van Gogh de Amsterdam, muestra la influencia del artista en el desarrollo de la pintura del noruego Edvard Munch, autor de El grito.
Nacido en 1853, la vida de Van Gogh estuvo marcada por sus ataques ansiosos y hasta hoy se debate sobre el origen de su enfermedad mental y la influencia de ella en su pintura. Los diagnósticos incluyen esquizofrenia, trastorno bipolar, sífilis, epilepsia, porfiria y hasta envenenamiento progresivo. El episodio más conocido de su vida es quizás cuando en 1888, el artista se cortó la oreja izquierda, la envolvió en papel y la fue a dejar a un burdel. Fue luego de una intensa pelea con su amigo, el pintor Paul Gauguin, a quien admiraba, pero con quien también rivalizaba artísticamente.
Al año siguiente, Van Gogh se marchó a Saint-Remy y se internó voluntariamente en el Hospital Saint-Paul por un año, tras el cual se instaló en Auvers-sur-Oise, más cerca del doctor Paul Gachet, el médico que le había recomendado Camille Pisarro y que trataba a varios artistas. En julio de 1890, Van Gogh moriría a los 37 años.
El hecho que más fuertemente pone en duda la teoría del suicidio es el complicado ángulo que habría usado el pintor para dispararse, cerca del estómago y en forma oblicua. Luego de eso, además, Van Gogh habría regresado a su casa para agonizar por unos días. Es algo que para los investigadores Steven Naifeh y Gregory White Smith, parece poco creíble, sobre todo luego de encontrar versiones de testigos, recopiladas en 1930 por el académico John Rewald, quienes aseguraron que los culpables fueron dos muchachos que le habrían disparado por accidente con un arma supuestamente en mal estado.
Los escritores se atreven incluso a lanzar un nombre: René Secretar, un muchacho de 16 años que solía molestar al artista por su personalidad extraña. Por último, Van Gogh habría decidido proteger a sus asesinos, y abrazar la muerte, echándose él la culpa. A 125 años, los detalles de su muerte no están claros, pero nadie duda de lo inmortal de su leyenda.
FUENTE: Diario La Tercera