Innuendo: Entrevista a un joven pintor neo-rebelde

Fuimos testigo del proceso de realización de su última obra.

Hoy que en las escuelas de arte prácticamente no se enseña a dibujar ni a pintar porque eso es considerado por algunos «genios» como «retrógrado», llama profundamente la atención ciertas excepciones que se aferran a la prolijidad y minuciosidad casi de modo oriental. Un ejemplo de ello es el argentino Juan Innuendo.

Por Rubén Reveco – Licenciado en Artes Plásticas

Juan Innuendo es en realidad Juan Blancat. Desde el 2010 firma sus obras como «Innuendo». Nació en Ramos Mejía (Buenos Aires, Argentina) en 1983. Vive en Neuquén capital desde niño y está en pareja desde hace cinco años con Jesica Temi. Cursó entre los años 2004 y 2010 en la Escuela Superior de Bellas Artes Manuel Belgrano el profesorado y tecnicatura en artes visuales, con una interrupción entre 2007 y 2008. No terminó ninguna de las dos carreras.
Trabajó 13 años en un taller de marcos para cuadros hasta que decidió dedicarse plenamente a la actividad artística. «Vengo de una familia donde la mayoría tienen orientaciones artísticas y aprecio por el arte en general» -expresa. Se considera versátil en cuanto a las artes visuales ya que maneja variadas técnicas y no le gusta encasillarse.

El artista.

Rebelde con causa

Juan Innuendo es un neo-rebelde. Esa extirpe de artistas que se niega a desaparecer. Esos que van contra la academia contemporánea que les dice «no sean tan prolijos». Que en vez de mezclar los colores conociendo su composición química y justa proporcionalidad, le dicen que «chorree y ensucie la tela» o directamente que no pinte, que eso «ya fue».
Entonces, llama mucho la atención esta resistencia a la mediocridad institucionalizada de un joven que tuvo que abandonar una escuela de arte para sobrevivir como artista.

El diseño lo comenzó el 12 de agosto.
 

«La idea surge luego de haber pintado otra obra que tenía 1002 pequeñas formas o planos. Las cuento porque como pinto cada forma una por una. Voy pintando por etapas, le asigno a cada color o tono una etapa. Me voy poniendo pequeños objetivos intermedios para hacer el trabajo más organizado y llevadero», expresa el artista.

-¿Por qué Innuendo?

-Es el nombre de una canción de la banda británica Queen con la que siempre me sentí identificado. «Lo seguiremos intentando hasta el fin de los tiempos».

-¿A los 33 años qué consideras que debes intentar tanto?

-Viene más por cosas pasadas. En aquellos años tomé el nombre pero lo empecé a usar de grande.

-¿Por qué no terminante las carreras?

-Es una espina que me ha quedado. No descarto retomar. Pero nunca me sentí del todo cómodo.

-¿Qué te incomodaba?

-Siempre sentí que no encajaba en el ambiente; en el estereotipo de «artista». Más de un profesor no consideraba arte lo que yo hacía. Eso me marcó, todavía me cuesta llamarme artista. Decir que lo que hago es arte.

-¿Por qué?

-Porque sinceramente no sé si lo es. Quizás por los conceptos de arte que uno aprendió, lo que hago o del modo en que trabajo o solía trabajar en la ESBA. No entre en esos conceptos…

 
Empezó a plantear los primeros colores el 19 de septiembre.

-Hoy cuando hay tantos que dicen ser artistas sin hacer arte, vos dices que te cuesta llamarte artista haciendo un buen arte…

-Quizá son estos tiempos donde prima la improvisación. Si no es de ese modo no cataloga como arte. Me consideraban demasiado metódico, premeditado.

-¿Qué decían de tus mándalas en la ESBA?

-A algunos profesores no les gustaba (digo no les gustaba pero realmente no sé por qué) mi forma de trabajar, prolija y «poco espontánea».

Tenía que ser más libre. No sé, tampoco digo que esté mal. Pero cada uno con su forma de trabajar, ¿no?

-¿Qué dirían de las pinturas de Víctor Vasarely, entonces?

-Eso nunca lo sabré. Yo pregunto: ¿Por qué querer cambiar al alumno en lugar de potenciarlo? Cosas así nunca entendí.

-Quizá porque ellos nunca serían capaz de hacer algo así. Y hay que nivelar hacia abajo…

-Esas cosas me hicieron alejarme de la Escuela. También tuve profesores que me dejaron cosas buenas. No todas fueron pálidas…

-¿Por qué haces lo que haces? 
-Desde que tengo memoria siempre me gustó dibujar y cada vez que veía algo que me gustaba, quería dibujarlo. Desde aquellos años ya me obsesionaba con estudiar la morfología, para representarlo de la mejor manera que me sea posible. Siempre fui muy observador, curioso, y por sobre todo siempre tuve ese afán por superarme cada vez. Valoro mucho que en una obra se note el trabajo de trasfondo, compleja o simple (me gusta mucho la simpleza también) pero que se note que hay trabajo o estudio detrás.
-¿Qué te moviliza?
-La necesidad de dibujar o pintar viene de adentro, es difícil de explicar, al menos para mí. Lo que si te puedo garantizar es la fascinación y pasión que siento por lo que me gusta hacer.

 

He pintado todos los días, desde 4 horas mínimo, hasta prácticamente todo el día.


-Háblame de las mándalas. 

-En realidad, no me gusta llamarlos mándalas, o no me siento cómodo haciéndolo, simplemente los llamo diseños geométricos. Yo pinto y después dejo que el espectador lo interprete a su gusto, si lo quiere llamar o considerar mándala bien, si no, bien igual.
-¿Cómo trabajas, cómo ideas el diseño?
-Me fascina la geometría porque es algo que lleva cierta estructura, cada cosa debe ir en su lugar, además, ofrece un mundo de posibilidades en cuanto a formas, combinación de colores, líneas…
Con respecto al diseño, normalmente primero plasmo una idea general en un papel de las formas que me gustaría que tenga: círculos, triángulos, hexágonos, etc. Y cómo me gustaría que sea la composición de esas formas. Al mismo tiempo voy pensando la paleta de colores. En lo personal me gusta que sean tirando a monocromáticos pero de vez en cuando hago alguno colorido.
Como me gusta trabajar con transparencias, los diseños como una superposición de niveles. Un patrón de fondo, al que le superpongo otro patrón encima y quizás un tercer patrón dependiendo de la complejidad que quiera obtener en la composición. Como si fuera un cristal de un color superponiendo una porción de otro color logrando una transparencia en el medio.

-Tienes una técnica prodigiosa, yo creo que naciste para el  hiperrealismo. 

-Gracias, me gusta mucho el hiperrealismo, de hecho cuando ingresé a la ESBA (a los 20 años) tenía esa orientación y esas pretensiones, pero fui cambiando.
Igual los diseños geométricos son solo una parte de lo que hago, hice retratos un tiempo, me apasiona lo que es figura humana, hice trabajos de anamorfosis.

-Volviendo al tema de la ESBA, creo que si quieres ser un maestro de plástica deberías terminar, pero si quieres ser un artistas está bien que hayas dejado. Y relacionarte, más que nada, entre artistas.

-Claro, esa fue una de mis dudas también, tenía ese tironeo interno entre «enseñar o hacer» creo que finalmente ganó el «hacer».

En esta provincia tenemos buenos referentes, tengo la suerte de conocer algunos, de haberlos tenido como profesores, a otros no los conozco personalmente pero sé que están.  También hay una nueva generación de buenos artistas por ahí (gente de mi generación), a más de uno tuve el gusto de conocer en la ESBA, conocí mucha gente ahí (algunos para olvidar pero muchos para recordar). En general tengo una buena opinión de la calidad de nuestros artistas.

-Decías que no te gusta «encasillarte» pero vivimos en la época de la especialización. Creo que inevitablemente tendrás que elegir por algo concreto y específico. De esa forma el público te podrá relacionar con algo y reconocer como artista.
-Está bien, lo sé. Hay al menos tres cosas que seguiré haciendo y no puedo elegir una sola:  figura humana, geometría y anamorfosis.

-Todo lo que haces lo vendes… ¿Cuál es tu mercado? ¿Cómo llegan los compradores a conocer tu obra?

Casi todo. Por lo general trabajo por encargo, hago lo que me piden, sea un retrato, mural, dibujo libre o geometría. Después, si me quedo sin encargos veo si hago algo a mi gusto y lo ofrezco a posibles compradores. Amigos, conocidos, amigos de amigos, de boca en boca. pero principalmente promociono mi trabajo por las redes sociales, son una buena herramienta para eso.

-¿Jesica, tu compañera, también hace arte?

-No, aunque de vez en cuando se prende y pinta pero sólo para pasar el rato. También solía ayudarme en los tiempos que hacía trabajos de anamorfosis, ya que suelen llevar mucho trabajo y los plazos suelen ser muy cortos, se necesitan muchas manos.

-¿Qué sueños tienes para el futuro?
-No sé si sueños, quizás metas y la principal es seguir creciendo cada día como artista, seguir puliendo mis técnicas, tanto en dibujo como en pintura. Seguir conociendo gente y lugares… seguir haciendo lo que me gusta y vivir de ello.

Obra terminada. 3168 formas pintadas.

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