(CNN) — Durante siglos, los humanos han buscado al Yeti, también conocido com el Abominable Hombre de las Nieves. Ahora, en un tuit sin ceremonias, el Ejército indio afirma haber encontrado evidencia del mítico monstruo del Himalaya.
El martes, la cuenta verificada oficial de Twitter de la Dirección General de Información Pública del Ejército Indio publicó una foto de lo que afirmaba son huellas de Yeti en la nieve.
“Por primera vez, un equipo de expedición de montañismo del Ejército de la India ha detectado huellas misteriosas de la bestia mítica Yeti”, dice la publicación, que estaba acompañada por tres fotos de huellas y una foto de grupo que parecía ser de la expedición.
Las huellas supuestamente medían 81por 38 centímetros y se encontraron el 9 de abril cerca del Campo Base de Makalu, una zona montañosa aislada entre Nepal y el Tíbet, dice el tuit. “En el pasado, este escurridizo hombre de nieve solo ha sido visto en el Parque Nacional Makalu-Barun”, dice la publicación.
Como era de esperar, el tuit provocó una serie de respuestas incrédulas en las redes sociales y muchos reprendieron al Ejército indio por propagar teorías previamente desacreditadas por la ciencia. Otros se burlaron del tuit y el hashtag #Yeti se convirtió en uno de los principales temas de tendencias de Twitter en la India el martes.
El ejército indio no proporcionó más evidencia de su hallazgo y no respondió a la solicitud de comentarios de CNN al momento de la publicación.
En un comunicado de prensa del 26 de marzo, el Ejército de la India dijo que una unidad de 18 efectivos realizaría su primera expedición al Monte Makalu entre marzo y mayo. La unidad se dirigía allí como parte de su objetivo de alcanzar la cima de todos los desafiantes picos por encima de los 8.000 metros, según el comunicado.
En el folclore nepalí, el Yeti es una criatura similar a un mono peludo más alta que un humano promedio, que habita en el Himalaya y otras regiones.
Nunca se ha probado su existencia, pero ha capturado la imaginación de muchos, incluido el aclamado naturalista británico Sir David Attenborough.
El Ejército indio no suele aventurarse en asuntos de monstruos misteriosos: muchos de sus tuits son más mundanos, sobre antiguos miembros o eventos públicos.
Aunque la última afirmación ha despertado entusiasmo entre los amantes del Yeti en las redes sociales, esta no coincide con los hallazgos científicos.
Un estudio de 2017 sobre el “Yeti” del Himalaya utilizó la secuenciación del ADN mitocondrial para examinar 24 muestras de “Yeti” que incluyen cabello, huesos, piel y heces. Charlotte Lindqvist y su equipo descubrieron que algunos de los artículos provenían de un oso pardo del Himalaya y un oso negro. Un diente era de un animal en la familia del perro. La pata del “Yeti” guardado en un monasterio local vino de un oso negro. Otro hueso conservado como reliquia monástica era de un oso pardo tibetano.
Otras investigaciones llegaron a conclusiones similares. Un estudio en 2014 encontró que 30 muestras de cabello que se cree que provienen de Yetis en realidad se originaron de una variedad de bestias como un oso polar paleolítico, otros tipos de osos y perros.
Kushal Prajapati, quien se describe a sí mismo como un científico en su biografía de Twitter, respondió al tuit del Ejército de la India el martes, diciendo: “Con el debido respeto, instituciones como la suya deben ser más responsables y cuidadosas antes de seguir adelante e informar del avistamiento de cualquier huella como si fuera del ‘Yeti’!”.
Agregó que existen muchas investigaciones sobre el Yeti y que ninguna había probado la existencia de la criatura.
El Yeti se convirtió en parte de las tradiciones locales hace unos 350 años, cuando un hombre santo llamado Sangwa Dorje se instaló en una cueva cerca de la remota aldea de Pangboche, que tenía una vista clara del Everest. Según el folclore local, se decía que había sido ayudado por Yetis y que había mantenido reliquias de las bestias.
La fiebre del Yeti despegó en el oeste después de que el explorador británico Eric Shipton tomó una fotografía al oeste del Monte Everest en 1951 de lo que parecía ser una gran huella de primate.
Jen Christensen de CNN contribuyó a esta historia