Hoy se cumplen 107 años del nacimiento de uno de los grandes escritores argentinos y latinoamericanos en Ixelles, Bélgica, debido a que su padre era funcionario de la embajada. En esta nota, un repaso por los mejores títulos
Julio Cortázar
Julio Florencio Cortázar pero sus padres le decían Cocó. Cuando su madre dio a luz, el 26 de agosto de 1914, hace 107 años, estaba en Ixelles, Bruselas, Bélgica. La familia se había mudado porque su padre era funcionario de la embajada argentina: trabajaba como agregado comercial. “Mi nacimiento fue un producto del turismo y la diplomacia”. La Primera Guerra Mundial no caducaba y los Cortázar lograron pasar a Suiza, primero, y a España, después.
Tenía cuatro años cuando pisó por primera vez suelo argentino. Se instalaron en Banfield y pasaron a ser cuatro integrantes: su madre, su hermana, una tía y él. Su padre, cuando él tenía seis, los abandonó. “Mucha servidumbre, excesiva sensibilidad, una tristeza frecuente”, contó una vez sobre su infancia. Solía enfermarse seguida, por lo que pasaba muchas horas en la cama. Así empezó a leer a Julio Verne, Victor Hugo y Edgar Allan Poe. Luego de tanta lectura, se dedicó a escribir.
Rayuela
La gran obra de Cortázar es una novela y enclave fundamental de lo que se conoció como “boom latinoamericano”. Hablamos de Rayuela, un libro extenso, lúdico, inteligente y sensible. La escribió en París y se publicó el 18 de febrero de 1963. Narra la historia de Horacio Oliveira y su relación con “la Maga”. El orden de los capítulos queda a gusto del lector y sus finales son múltiples. Por esto muchos la llaman la “antinovela”; Cortázar prefería “contranovela”.
Hay frases memorables, entrañables que pertenecen a ese libro. “Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos” es quizás la más famosa. También está esta: “Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio”.
Bestiario
El primer libro de cuentos de Cortázar, publicado en 1951 por la Editorial Sudamericana, se titula Bestiario. Varios de los ocho relatos que configuran esta obra son, según sus propias palabras, auto-terapias de tipo psicoanalítico: “Yo escribí esos cuentos sintiendo síntomas neuróticos que me molestaban”. Allí está quizás uno de sus cuentos más conocidos, “Casa tomada”: dos hermanos que, encerrados en sus casas, comienzan a sentir ruidos de unos intrusos fantasmagóricos.
Final del juego, es el título del segundo libro de cuentos del escritor argentino Julio Cortázar, publicado en 1956 bajo la editorial mexicana Los Presentes y traducido a diferentes idiomas, tales como el francés, inglés, alemán, portugués y hebreo, entre otros.12La primera edición del libro, incluyó nueve cuentos; mientras que la segunda edición, de Editorial Sudamericana (1964), agregó otros nueve cuentos los cuales fueron escritos entre 1945 y 1962.3
Final del juego
Sin dudas, uno de los mejores libros de Julio Cortázar: una obra con 18 cuentos estudiada por numerosos críticos de todo el mundo que se publicó en 1956 por la editorial mexicana Los Presentes. Hay relatos maravillosos como “Continuidad de los parques” donde el género fantástico interpela al lector, el policial “El móvil” o “Los venenos”, que se apoyo en un episodio autobiográfico: cuando su tío compró una máquina para matar hormigas en el patio de su casa.
Otro de los grandes cuentos de este volumen es “Axolotl”. Comienza así: “Hubo un tiempo en que yo pensaba mucho en los axolotl. Iba a verlos al acuario del Jardín des Plantes y me quedaba horas mirándolos, observando su inmovilidad, sus oscuros movimientos. Ahora soy un axolotl”. Lo que narra es el plan de una obsesión. Un hombre que comienza a estudiar estos animales, que pierde los estribos de una racional distancia y se pierde en lo que el exotismo animal le propone.
Todos los fuegos el fuego
Publicado en 1966 por la Editorial Sudamericana, Todos los fuegos el fuego es una obra que reúne ocho cuentos que, nucleados en este libro, forman un clásico de la literatura en español. Los relatos ocurren en Cuba, en París, en Buenos Aires, en una isla del Mediterráneo y hasta en la Antigua Roma. No abandona lo fantástico sino que la complejiza: los personajes parecen entrar y salir de la realidad como si se tratara de un juego de espejos.
“La autopista del sur”, el relato que abre el libro, es la historia de un un embotellamiento en una autopista que se vuelve eterno y se convierte en una especie de micro ciudad. En “Todos los fuegos el fuego”, hay una dualidad entre la noche parisina del siglo XX y una batalla en el coliseo del Imperio Romano, y en “El otro cielo”, el narrador explica cómo puede pasar fácilmente de un espacio a otro.
Historias de cronopios y de famas
Utilizado por distintas generaciones para estimular la imaginación de la escritura, Historias de cronopios y de famas es un libro de “prosas breves” publicado en 1962 por la Editorial Minotauro. La clase alta, la burguesía argentina de la década del cincuenta y sesenta, está representada en los famas. ¿Y los cronopios? El periodista español Joaquín Soler Serrano se lo preguntó en una recordada entrevista en la televisión. Cortázar respondió:
“Empecé a escribir sin saber cómo eran y luego ya tomaron un aspecto humano… Relativamente humano, porque nunca son completamente seres humanos, con esas conductas especiales de los cronopios que son un poco la conducta del poeta, del asocial, del hombre que vive un poco al margen de las cosas; frente a los cuales se plantan los famas que son los grandes gerentes de los bancos, presidentes de las repúblicas, de la gente formal que defiende un orden”.
Fuente: Infobae