Durante siglos los críticos de arte especularon con la posibilidad de que, como otros artistas del Renacimiento, el gran Leonardo Da Vinci se hubiera incluido, con su retrato, en alguno de sus cuadros, pero hasta hoy no se habían hallado indicios de dónde podría encontrarse dicha aparición; ahora, el escritor canadiense Ross King, afamado autor de novelas del género non-fiction, ha planteado una hipótesis firme, luego de buscar donde ningún crítico o historiador de arte había buscado antes: en La Última Cena, una de las obras más célebres de Da Vinci. Según expresó King al diario británico The Independent, al artista se habría auto retratado en las figuras de los apóstoles Tomás y Santiago el joven. Para tal descubrimiento se basó en el notable parecido entre ambos apóstoles, y la similitud de sus rostros con la descripción del rostro de Da Vinci realizada por su amigo, el poeta Gasparo Visconti, en un desconocido poema que dataría del año 1490.
Si bien no hay manera de comprobar esta tesis, permite imaginar la resolución de un enigma de siglos, y no ha sido descartada por los especialistas en historia del arte.
