La cantante neuquina, ahora integrante de los Kangrejoz, compartirá los temas incluidos en su disco solista pasado mañana, a las 23, en Buenos Aires 133, con entrada libre y gratuita.
Esta cantora bajita y menuda, de ojos grandes, inquietos, estremece cada vez que ofrece su voz para cualquier género. Conmueve cuando canta esas letras propias y también las ajenas. Quienes ya la escucharon en la zona, lo saben.
Desde hace unos años, vive en Buenos Aires, donde su primer disco está en etapa de preproducción, con Goy Karamelo como productor. La neuquina volvió para tocar ante el público local el miércoles, a las 23 («puntual, porque al otro día hay que trabajar»), en el bar de Buenos Aires 233, y dialogó antes con «Río Negro».
–¿Cómo se encuentran con Goy (ex Karamelo Santo)?
–Por un amigo en común, Jerónimo Guariglia, que nos conectó. El me había sugerido que empezara a pensar en grabar un disco. No estaba apurada por grabar y sentía que mis canciones no estaban maduras, aunque sabía que iba a llegar el momento. Entendía que a los 28 años, después de haber hecho mucha música, estaba bueno pensar en un disco.
–¿Y cómo se inicia el proceso?
–Empecé a viajar a Buenos Aires a preproducir el disco, llevarle canciones y corregirlas, ver qué podía decir como artista, qué lugar podía tener. Fue un año de laburo increíble en el que siento que crecí muchísimo. Me sentí muy cómoda con Goy, que entendía claramente qué quería decir, señalarme qué no estaba tan bueno… No siempre pasa con los productores. El disco puede estar en un par de meses.
–Además, integrás los Kangrejoz…
–Cuando me invitan a integrar la banda, me sumé. Los viajes con ellos son experiencias enriquecedoras que te hacen crecer. Además, son músicos grosos.
–¿Qué vamos a encontrar en este disco?
–Es un disco que no siento como solista porque lo he armado con Goy, que me ayudó mucho a encaminarme. Neuquén es una ciudad que tiene mucha resistencia y mi música se empapó de eso. Goy me decía que yo tenía que resistir desde la alegría y no desde un lugar tan trágico. Eso es lo que él advierte como algo muy llamativo en mi obra. Trabajamos mucho –entre otros aspectos– que pudiera haber una canción de amor o que pudiera decir las cosas que me molestaban pero desde otro lugar, mucho más alegre.
Y sigue recordando Noelia, entusiasmada: «(Goy) Me preguntó si tenía ascendencia originaria, me pongo a buscar y encuentro. Entonces empiezo a componer en ese sentido. No se me había ocurrido que en mi música podía haber algo en mapudungun. Todo le dio un giro importante a mi música».
La vocalista señala que el productor rescató su compromiso con las cuestiones de género. «Empezamos a buscar canciones de otras cantantes y encontramos una de Paquita la del Barrio, por ejemplo. La idea fue no perder la esencia de lo que es Noelia como músico y como cantora».
PAULA GINGINS pgingins@rionegro.com.ar
FUENTE: diario Río Negro
