Ir a un museo o galería de arte siempre es una experiencia gratificante. Siempre habrá una o varias obras que nos dejen perplejos y provoquen algo en una fibra profunda del espectador, y a veces, también habrá otras que le hagan cuestionar: ¿qué habrá querido decir el artista con esto? ¿Esto es arte de verdad? Así le pasó a un adolescente de San Francisco, Estados Unidos, quien, junto a sus amigos, decidió pasar la tarde en el Museo de Arte Moderno de San Francisco (SFMOMA). Según comentó TJ Khayatan (17), varias de las obras vistas fueron admiradas por el grupo. Pero otras, en cambio, no les convencieron del todo. “Nos topamos con un animal de peluche sobre una manta gris y nos preguntamos si eso era realmente impresionante para la gente que estaba ahí (en el museo)”, comentó a Buzzfeed. Y fue entonces cuando decidieron hacer una broma/experimento y dejaron unos anteojos en el suelo para ver qué hacían los presentes. En solo segundos, según dijo, las personas comenzaron a acercarse a lo que creyeron que era una obra artística, y hasta empezaron a sacarle fotografías, hecho que Khayatan registró con imágenes que luego subió a su cuenta de Twitter. Así, Khayatan se hizo viral. Mientras algunos usuarios aplaudieron el hecho como una excelente broma, otros incluso dijeron cuestionarse su fe en la humanidad. Por su parte, Khayatan señaló: “Sé que el arte puede ser una broma a veces, pero es una forma de expresar nuestra creatividad. Algunos lo pueden interpretar como una broma, mientras otros, pueden encontrar en él un increíble significado espiritual. Al fin de cuentas, es algo placentero para la gente de mente abierta e imaginativa”. Asimismo, el propio SFMOMA respondió a través de Twitter la humorada del adolescente. “¿Estamos en medio de un Marcel Duchamp?”, comentó la institución a modo de broma –o quizás ni tan broma-, comparando los anteojos en el suelo con “La fuente”; la famosa obra “readymade” del artista francés, que se transformó en una de las más influyentes del arte del siglo XX, por proponer que el arte en sí, podía ser una idea expuesta al espectador (arte conceptual) y no necesariamente un cuadro, estatua u objeto creado por las manos del artista. En el caso de Duchamp y su fuente, se trataba de un urinal, y su idea, entre varias interpretaciones que se le ha dado, habría sido desafiar y burlarse del esnobismo de 1917.