Parque paleontológico recibirá apoyo para seguir con su funcionamiento. Desde hace un año, el Centro Lago Barreales está en crisis debido a un conflicto por tierras que lo mantiene paralizado. Pero en breve recibiría cerca de un millón de pesos, lo que le permitiría continuar trabajando.
Después de diez años de intenso trabajo científico y educativo, el Centro Paleontológico Lago Barreales (Cepalb), donde se desarrolla el Proyecto Dino, se encuentra prácticamente paralizado y en vías de desaparecer. El complejo, que hoy depende de la UNCo, fue creado por el paleontólogo Jorge Calvo a través del Proyecto Dino en 2002 con el fin de desarrollar actividades científicas, educativas y turísticas en la costa norte del lago Barreales.
El Cepalb en su momento contaba, además de paleontólogos, con licenciados en turismo especializados en la temática paleontológica, técnicos capacitados y voluntarios. Pero hoy se encuentra en una situación compleja y crítica como consecuencia “de conflictos suscitados por los derechos de las tierras donde está el Centro de Investigaciones”, explicó Calvo, director y promotor del Proyecto Dino.
“Se está tramitando llevar el Proyecto Dino a otro lugar si la situación en la costa norte no prospera con los objetivos propuestos originalmente, que era ciencia, educación, cultura, patrimonio y turismo para toda la sociedad, debido a los conflictos con la comunidad mapuche Painemil, suscitados por los derechos de las tierras”, advirtió.
Según indicó, las consecuencias de la salida de ese lugar implicarían la pérdida de tres yacimientos paleontológicos de importancia mundial, uno de ellos el único ecosistema completo del Cretácico (90 millones de años de antigüedad) para América Latina.
Este centro paleontológico surgió a través de un proyecto científico por iniciativa del paleontólogo y el apoyo económico, en ese momento, de la Fundación Duke. “Más de 30 empresas hicieron su aporte durante estos años ayudando a este emprendimiento cultural, y a fines de 2010 la Provincia cedió a la UNCo una porción de tierra para llevar adelante este Parque Natural Paleontológico. Pero desde que se entregaron las 133 hectáreas, el desarrollo de esta área se vio limitado por algunos integrantes de la comunidad mapuche Painemil, que tendrían otros proyectos nuevos en mente para esta área paleontológica y no el crecimiento del proyecto tal cual fue desarrollado durante más de diez años”, expresó Calvo.
Agregó que junto con los otros paleontólogos que conforman el equipo, “nuestra idea es quedarnos en Lago Barreales y que los Painemil nos dejen trabajar tranquilos y construir lo necesario para que podamos hacer ciencia y educación, y mostrar al público lo que significa la paleontología. Pero si ellos siguen con esta postura de querer todo, es mejor el cierre definitivo del Centro Paleontológico ya que hasta el momento nunca contamos con ningún presupuesto estable para seguir sosteniendo este proyecto. Desde hace dos meses no hay dinero ni para el personal necesario, ni para el combustible, ni para la comida de los técnicos y voluntarios, ni mantenimiento de las instalaciones. Además, no hay gas natural ni agua potable”.
Pero en las últimas horas, según comentó Calvo, hubo una buena señal desde Buenos Aires ya que la semana próxima ingresarán a la cuenta de la UNCo 974 mil pesos procedentes de la Secretaría de Políticas Universitarias destinadas al mejoramiento de Proyecto Dino. “Esta gestión fue realizada por el secretario Martín Gill, quien conoció nuestro trabajo hace unos años durante una exhibición de dinosaurios en la localidad cordobesa de Villa María, y ayudará en la reparación del complejo y avance del proyecto. Sólo faltaría solucionar los inconvenientes con la comunidad Painemil”.
Finalmente, Calvo reconoció la buena predisposición del gobierno provincial “que se ha mostrado interesado en lo que hacemos y destinó dinero para construir un primer museo de ladrillos en el lugar”. Aunque el especialista ya fijó un lugar específico, espera una definición concreta del rectorado donde se levantará el futuro museo paleontológico.
FUENTE: diario La Mañana Neuquén