En esta ilustración vemos una estrella joven rodeada por un disco protoplanetario en el cual se forman planetas.
La red de telescopios logró la captura más detallada hasta el minuto de la estructura que rodea HL Tauri. Este hallazgo, además, permitirá entender cómo surgió la Tierra en el Sistema Solar.
SANTIAGO.- EL radiotelescopio ALMA presentó este jueves una nueva imagen, la captura con mayor resolución de la historia de un, hasta ahora, desconocido disco protoplanetario que circunda una joven estrella.
Hablamos de la estructura del disco que rodea HL Tauri, un astro similar a nuestro Sol que tiene un millón de años de edad y se encuentra a cerca de 450 años luz de la Tierra, en la constelación de Tauro.
La gran diferencia de que esta captura con respecto a otras es que fue posible gracias a separación de las antenas de ALMA hasta por 15 kilómetros, con lo cual los astrónomos lograron superar todas las expectativas que existían hasta el momento y revelar una serie de anillos brillantes y concéntricos separados por vacíos.
«La primera vez que vimos la imagen quedamos impresionados con su espectacular nivel de detalle. Aunque HL Tauri tiene como mucho un millón de años, sus discos parecen ya estar llenos de planetas en formación. Esta mera imagen revolucionará las teorías sobre la formación de los planetas», celebra Catherine Vlahakis, Deputy Program Scientist y científica jefa de programa en la Campaña de Línea Base Larga de ALMA.
Incluso, con esta imagen, ALMA superó también la captura de otros observatorios como las correspondientes al telescopio espacial Hubble. «La logística y la infraestructura necesarias para separar las antenas de esa forma requirieron una coordinación sin precedentes por parte del equipo internacional de ingenieros y científicos», señala Pierre Cox, director de ALMA. «Estas líneas base largas cumplieron uno de los grandes objetivos de ALMA y constituyen un impresionante hito tecnológico, científico e ingenieril», celebra.
De acuerdo a investigaciones previas, se sabe que estrellas como HL Tauri y nuestro Sol se forman dentro de nubes de gas y polvo que colapsan por efecto de la gravedad. Con el tiempo, las partículas de polvo que las rodean se aglutinan y van formando granos, piedritas y luego rocas que terminan dibujando un fino disco donde nacen asteroides, cometas y planetas.
Una vez que adquieren masa suficiente, estos cuerpos planetarios alteran drásticamente la estructura del disco dando forma a anillos y vacíos a medida que los planetas limpian sus órbitas barriendo los desechos y relegan el polvo y el gas a zonas más reducidas y confinadas.
A pesar de su importancia, ya que muestra cómo surgen los planetas y sistema, la observación de estos fenómenos es compleja. A la luz visible, HL Tau se ve parcialmente oscurecida por la densa nube de polvo y gas que la rodea.
ALMA, sin embargo, fue capaz de ver a través de la nube y estudiar estos procesos en su núcleo con una claridad sin precedentes, y demostrar no solo que este proceso es una realidad, sino que también es más rápido de lo que se creía.
Es precisamente, este tipo de investigaciones sobre sistemas protoplanetarios las que nos permiten entender no sólo cómo se forman otros planetas, sino que especialmente comprender cómo la Tierra surgió en el Sistema Solar.
La observación de las primeras etapas de formación planetaria alrededor de HL Tauri también podría revelarnos cómo se veía nuestro propio sistema planetario cuando se formó, hace más de 4000 millones de años y generar un gran salto en la investigación del desarrollo de discos protoplanetarios y la formación de los planetas.