Nuevos análisis científicos revelan que ciertas pinturas de las cuevas de Altamira podrían tener unos treinta mil años
Algunas pinturas de las famosas cuevas de Altamira, situadas en la localidad cántabra de Santillana del Mar, podrían tener 30.000 años. Ésa es la conclusión a la que han llegado los investigadores tras someter a una nueva datación una serie de signos pintados en ocre rojo en el interior de la cueva. La datación confirma que las primeras pinturas que el hombre prehistórico realizó en Altamira son 15.000 años más antiguas que los emblemáticos bisontes de la sala de los Policromos de la cueva. Estos resultados ya se avanzaron en un congreso realizado en Santillana del Mar en octubre de 2011, en el cual se presentó un proyecto de dataciones que incluía la cronología de otras cuevas cantábricas y que, según José Antonio Lasheras, director del Museo de Altamira, está dando dataciones más antiguas de lo esperado.
Métodos punteros
Estos importantes descubrimientos han podido llevarse a cabo gracias a nuevos métodos científicos que emplean isótopos radioactivos, y que han permitido fechar los depósitos de carbonato cálcico adherido a las paredes en las que están las pinturas. Hasta el momento, las imágenes de Altamira se databan en los períodos Solutrense (entre 22.000 y 18.000 años atrás) y Magdaleniense (18.000 a 8.000 años), pero las nuevas pinturas se han fechado en el período Auriñacense (38.000 a 30.000 años), lo que las acerca a las más antiguas de Europa, como las de Chauvet, en Francia.