Los años bisiestos son punto de debate desde la antigüedad
¿Atraen la mala suerte? ¿O todo lo contrario?
Hay una realidad: son muchos los mitos y leyendas que giran en torno al 29 de febrero, ese «día fantasma» que, cada cuatro años, se agrega al calendario y nos da un año bisiesto como este 2024.
«Año bisiesto, pocos huevos en el cesto», «año bisiesto, ni viña ni huerto«, dicen algunos conocidos refranes haciendo hincapié en la poca buena suerte que traerían.
Pero hay una frase que busca representar esta creencia en toda su magnitud: «año bisiesto, año siniestro»… ¿O todo lo contrario? Veamos que hay detrás del ¿mito?
Año bisiesto 2024: curiosidades del tiempo
La expresión «año bisiesto» deriva del latín «bis sextus dies antes calendas martii» (sexto día antes del mes de marzo repetido) que se refería a un día extra que los romanos intercalaban entre el 23 y el 24 de febrero.
Lejos de la mística y la fábula, la explicación de lo que es un año bisiesto viene de la mano de la astronomía: los años de 366 días funcionan como «ajustadores del reloj».
Es que, en realidad, cada año tiene 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45 segundos. Todo este tiempo excedente se suma y conforma el 29 de febrero.
Haciendo historia, la astróloga Patricia Kesselman explica que: «Nuestro calendario actual se asemeja mucho al calendario egipcio, que constaba de 12 meses de 30 días cada uno, lo que sumaba un total de 360 días».
Y suma: «Sin embargo, observando que el tiempo se desajustaba, le añadieron 5 días festivos extras, que fueron llamados epagómenes por los griegos y que, según sus creencias, correspondían a los nacimientos de los dioses Osiris, Seth, Horus, Isis y Neftis».
Pero hubo que esperar hasta 1582, para que el Papa Gregorio XIII estableciera el calendario gregoriano, que es el que rige hoy en día.
Actualmente, se consideran bisiestos los años divisibles por 4, excepto los divisibles por 100, salvo que estos últimos sean divisibles por 400 (como sucedió en el año 2.000).
Año bisiesto 2024: mala fama y otras tradiciones…
A la hora de justificar su posición, todos aquellos que aseguran que los años con 366 días acarrean la desgracia, abundan en ejemplos.
En 1912 se hundió el Titanic; en el ’48 asesinaron a Ghandi; veinte años más tarde a Martin Luther King y en 1980, a John Lennon; en 2020 la pandemia de Covid encerró al mundo. Sí, no hace falta googlear, todos fueron bisiestos.
Al 29 de febrero en especial, los escoceses lo consideran un día de tan mala suerte como los martes 13 en algunos países o los viernes 13, en otros.
A esta idea se suman los griegos quienes, además, creen que casarse en año bisiesto lleva al fracaso de la pareja.
De la vereda de enfrente, en Irlanda, relacionan a este día con la buena fortuna.
Entre sus tradiciones, inclusive, se conoce a este día como Bachelor’s Day -el Día de los Solteros-, en el que las mujeres le proponen matrimonio al hombre. Si él rechaza la propuesta, antiguamente le tenía que comprar un vestido de seda a la dama.
Esta costumbre se originó en una leyenda que cuenta que en el siglo V, Santa Brígida y San Patricio (ambos santos patrones de Irlanda), acordaron que aquel sería el único día en el que era permitido a una mujer le pudiese proponer matrimonio al hombre.
Fuente: Clarín