Las primeras estrellas eran probablemente gigantes, calientes y azules con un brillo intenso y una vida breve. (Foto: NSF/NASA)
Después del Big Bang que dio origen al universo, hubo una época con ausencia de luz. En astronomía se le conoce como la Edad Oscura.
Cientos de millones de años después, con las primeras estrellas, tuvo lugar el llamado «amanecer cósmico«.
Fue entonces cuando el hidrógeno neutro que formaba la capa densa y oscura del universo empezó a acumularse en algunas partes de esa enorme masa oscura, hasta que colapsó y se formaron las primeras estrellas.
Ahora, un equipo de científicos ha podido detectar por primera vez las señales de una de esas estrellas, activa 180 millones de años después de su formación.
Esto significa que si nuestro cosmos tiene 13,8 mil millones de años, las primeras estrellas tuvieron lugar 9 mil millones de años antes de que el Sol diera si quiera una pequeña señal de vida.
La teoría del Big Bang dice que hace miles de millones de años toda la materia del universo se concentraba en un punto que después se calentó, explotó y hoy sigue expandiéndose.
Una antena especial
Una de las cosas más sorprendentes de este hallazgo es que el equipo de investigadores consiguió detectar las señales de la estrella primitiva entre todo el ruido que hay en el universo.
Algunos científicos lo han descrito como escuchar el sonido de un colibrí en medio de un huracán.
La señal era, por suerte, mucho más intensa de lo esperado.
Para captarla, el equipo investigador utilizó un radiotelescopio que semeja una mesa deping-pong situada en medio del desierto australiano, alejado de todos los ruidos.
El radiotelescopio del observatorio de Murchison (Australia) es algo más pequeño que una mesa de ping-pong. (Foto: CSIRO Australia)
El hidrógeno estaba en un estado que solo podía explicarse si hubiese sido tocado por una luz intensa proveniente de una estrella.
Pero llegar a esta conclusión no fue fácil, le cuenta a la BBC el doctor Judd Bowman, de la Universidad de Arizona, en Estados Unidos, quien lideró la investigación.
«Empezamos a recolectar análisis en 2015 y nos hemos pasado los últimos dos años intentando pensar todo tipo de alternativas posibles que explicasen el estado en el que estaba el hidrógeno. Pero ninguna otra era concluyente».
La observación de esta primera estrella primitiva se describe este mes en la revista científica Nature y se describe como posible «hito para en tipo de observación astrofísica».
Una estrella singular
Los científicos estuvieron buscando durante décadas alguna evidencia de las estrellas primitivas, unos astros muy especiales en su aspecto y composición.
La teoría dice que habrían crecido fuera del gas de hidrógeno frío que llenó el universo después del Big Bang.
Probablemente antes de explotar y sembrar el cosmos con todos los elementos posibles que después permitieron el origen de la vida, eran poco manejables, con un brillo muy intenso pero una vida breve.
Ni siquiera la tecnología actual permite capturar estos astros tan antiguos de forma directa, pero sí se puede capturar una prueba indirecta de su actividad, dicen los astrónomos.
La aparición de la luz tras la Edad Oscura fue el primer paso hacia el origen de muchos de los astros y planetas que conocemos hoy.
Su luz ultravioleta alteraba las nubes de hidrógeno a su alrededor, haciendo que el gas absorbiese la radiación a una frecuencia muy específica que sí puede ser detectada.
Esto es exactamente lo que ha logrado, por primera vez, el radiotelescopio en el observatorio australiano de Murchison, todo un desafío ante el mar de ruido de radio proveniente del más allá.
La observación sugiere que el hidrógeno que componía el universo era mucho más frío de lo que se pensaba y que sus átomos, de alguna manera, interactuaban con la llamada «materia oscura» un elemento de la astronomía que todavía envuelve un sinfín de misterios.
Fuente: BBC Mundo.