Carola Martínez Arroyo: “En Chile aún no existen libros que hablen sobre la Dictadura Militar”

«Matilde», la historia narrada por la escritora chilena Carola Martínez Arroyo, cuenta la vida de una nena que se cría y educa en medio de la dictadura chilena y vive en medio de una trama de silencios, miedo y muerte.

Por Analía Páez – Télam

«Matilde», la historia narrada por la escritora chilena Carola Martínez Arroyo, cuenta la vida de una nena que se cría y educa en medio de la dictadura chilena y vive en medio de una trama de silencios, miedo y muerte.

Martínez Arroyo nació en Chile, pero en 1997 decidió terminar sus estudios de psicología en la Argentina y al poco tiempo de instalarse en Buenos Aires consiguió trabajo en una librería y trocó el psicoanálisis por los libros.

Como librera comenzó a especializarse en Literatura Infantil y Juvenil (LIJ) y, diez años más tarde, empezó a trabajar en el programa «Viva la Lectura» del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, seleccionando textos para enviar a las escuelas públicas.
«Comencé a investigar y a trabajar en mediación de lectura, después tuve cáncer. Fueron años de tratamiento en los que leí mucho e investigué», comenta la autora, entrevistada por Télam.

En 2010, con su experiencia y la información que adquirió, creó el sitio «Donde viven los libros»: una librería virtual y un blog donde Martínez Arroyo hace comentarios de las últimas novedades de textos para chicos.

La autora chilena escribió «Matilde» mechando lecturas y críticas, a la vez que comenzó a investigar sobre materiales digitales en Latinoamérica. Según pudo averiguar, México, secundado por Colombia, son los países que más oferta tienen en Internet, mientras que en la Argentina «se produce muy poco».

– Télam: ¿De qué habla «Matilde», es una historia personal?
– Carola Martínez Arroyo: No es una historia personal, pero podría serlo; es la historia de toda una generación que creció en el medio de la dictadura chilena, que duró 17 años. Crecimos en medio de la dictadura, nos educamos en ella. Es la historia de miles de niños. El personaje de mi novela es una nena de unos 8 o 9 años que habla de la soledad de los niños y de la soledad que los adultos les generamos.

– T: Tu novela guarda muchas situaciones dolorosas en su interior, ¿por qué?
– CMA: En «Matilde» trato el tema de la soledad de un chico que crece en un mundo que está siendo peligroso y arisco, y eso puede darse con los chicos que migran porque hay una guerra, los que sufren una catástrofe o un desastre natural. Hay miles de razones por los que un chico se cría en soledad y, especialmente, cuando los adultos están destruidos. En este caso nuestros padres estaban destruidos, desaparecidos, presos, se les habían roto sus relaciones, no tenían amigos… eran adultos quebrados.

– T: ¿Por qué decidiste escribir esta historia, un tanto dura quizás para los chicos?
– CMA: En la Argentina existen muchos libros que hablan sobre la dictadura militar, muchos de ellos son muy buenos y ayudan a entender determinados momentos de la historia. Escribí este libro porque tenía la necesidad de contar una historia. No pensé en los chicos, eso fue una decisión editorial (el texto pertenece a la colección Zona Libre). Me interesa mucho que lo lean en Chile porque allá no existen tantos libros que hablen sobre la dictadura militar. Recién ahora se comenzó a hablar del tema… después de 43 años. No hay literatura que la cuente, ni siquiera existe para adultos. Los escritores no se animan, parece que van a hacerlo pero se quedan a mitad de camino, como que se acobardan a última hora y el lector se da cuenta.

– T: ¿No se habla del tema en general?
– CMA: Es un país donde aún no se habla del tema, y menos que menos lo hablan en la LIJ, porque esos textos no van a entrar en la escuela, y eso pasa porque no existe un debate, ni siquiera se la llama dictadura. No hay debate previo y a mí me interesa incluirme en ese debate cuando se dé. Quiero estar inmersa en esa conversación.

– T: Pero es un libro editado en la Argentina, ¿los chicos argentinos se verán reflejados?
– CMA: A un chico argentino también le sirve la lectura para darse cuenta que esto no pasó solo en su país, los chicos chilenos también vivieron lo mismo. Y en un punto para darse cuenta de que el dolor no tiene fronteras. Eso te hace mirar con una distancia y te permite mirar el dolor de otra forma.

– T: Hablás de la producción de libros a nivel nacional y vos tenés una librería montada en tu hogar como un negocio familiar. ¿Cómo ves la LIJ en Argentina?
– C.M.A: Prefiero hablar de libros para niños y jóvenes. Este segmento es el que más está creciendo. Las editoriales argentinas son las que más pudieron sostener la venta en un país que vive una fuerte crisis y la producción nacional es muy interesante. Tenemos una cantidad de ilustradores que son de exportación, y una producción de libro álbum e ilustrados muy buena. Además contamos con un segmento importante de editoriales especializadas. Creo que las políticas deberían estar enfocadas en hacer crecer el segmento.

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