El genio del Renacimiento es retratado como un joven impulsivo, arrogante y atormentado por su pasado en «Da Vinci’s demons», la serie que Fox estrena esta noche. Mezcla de Los Borgia y Lost, es fruto de la mente de David Goyer, coguionista de las Batman de Christopher Nolan.
Por Guillermo dos Santos Coelho gdossantos@clarin.com
La imagen icónica de Leonardo Da Vinci es la de un anciano de larga barba blanca, de mirada sabia y tranquila. Esa imagen es la que intenta derribar Da Vinci’s demons, la miniserie que arranca esta noche en Fox, casi en simultáneo con su estreno en los Estados Unidos, y que muestra al genio del Renacimiento como un joven arrogante, impulsivo y atribulado por las lagunas de su pasado.
El primero de los ocho capítulos de Da Vinci’s demons será emitido hoy a las 22. Y tiene un nombre de peso como creador, guionista y productor ejecutivo: David Goyer, el coguionista de la trilogía del Batman de Christopher Nolan y de la inminente Man of steel, el regreso de Superman a la pantalla grande.
Mezcla de Los Borgia y Game of thrones con Lost, Da Vinci’s demons intenta conjugar lo mejor de la nueva edad de oro de la TV estadounidense en una historia de complots con algunos tintes sobrenaturales en la Florencia del Renacimiento. La mano de Goyer se percibe en el primer capítulo con varias líneas argumentales abiertas, pero acodadas como ladrillos en una pared.
«The hanged man», el episodio inaugural que estrenará Fox esta noche, muestra a un Da Vinci de 25 años (Tom Riley) intentando ganarse un lugar en la ciudad-estado manejada por los Medici, justo cuando el asesinato del Duque de Milán altera el equilibrio de poder en la región.
Para mostrar poder, Giuliano de Medici propone una gran celebración de Pascuas y le encarga a Da Vinci, un joven artesano e ingeniero obsesionado con la idea de poder volar, la creación de un espectáculo que impresione a los florentinos.
Mientras tanto, Da Vinci se enfrenta con los interrogantes sobre su propio pasado y se enamora de Lucrezia, la amante de su protector, Lorenzo de Médici. La mujer (la impactante Laura Haddock) no tendrá un rol tan inocente como el que parece a primera vista.
Hay sexo (mucho) y asesinatos (más todavía, con especial predilección por los cortes de cuello). Y escenas polémicas, como la que muestra al papa Sixto IV, uno de los que busca quedarse con el control de Florencia, retozando desnudo con un joven protegido en una gigantesca pileta.
La producción se ve imponente, los escenarios naturales (la serie fue filmada en Gales) impresionan y hay una minuciosa reconstrucción digital de la Florencia del Renacimiento, aunque por momentos es demasiado y los personajes parecen estar caminando en un wallpaper.
En ese marco, la serie se regodea con buen gusto en la ficción histórica. Muchos de los personajes, así como situaciones, realmente existieron a fines del siglo XV. Y son las lagunas sobre la figura de Da Vinci el ingrediente esencial: se trata de una figura enigmática de la que no se sabe mucho sobre su etapa de adulto joven y de la que ha sobrevivido sólo la mitad de sus anotaciones personales. A partir de allí, el combo televisivo queda servido.
FUENTE: diario Clarín