Dibujar en la pantalla es más fácil

El crítico de tecnología probó los equivalentes electrónicos de la pluma, el lápiz o el pincel para dibujar sobre papel. Y cuenta cuál es el mejor en la relación precio-calidad.

Por David Pogue  – The New York Times

Gran parte de la magia del iPad –y de su éxito– proviene de la precisión de la pantalla sensible al tacto. Durante décadas, uno arrastró un mouse sobre una superficie para hacer que el cursor se moviera en otra. Y ahora, de repente, uno puede darle un toquecito o dibujar directamente sobre la pantalla.

Sin embargo, en lugares como Pixar y Marvel, han dibujado sobre sus pantallas desde 1992. Ése fue el año en que Wacom lanzó su primera pantalla para pluma interactiva o «pen display» (su primera tablet de «dibujar en la pantalla») para artistas. El objetivo es crear el equivalente electrónico de la pluma, el lápiz o el pincel sobre papel, de manera que los artistas, animadores y arquitectos puedan bosquejar o pintar digitalmente.

Se utiliza un stylus inalámbrico; a diferencia del iPad o de la mayoría de las computadoras con pantalla táctil, estas pantallas ignoran el contacto de la piel, así que uno puede descansar la mano sobre el vidrio mientras dibuja. Además, a diferencia del iPad, estos pen displays son sensibles a la presión. Se obtiene una línea más gruesa o más oscura al presionar más fuerte.

Wacom domina este mercado. Sus pantallas touch Cintiq son precisas, fluidas, resistentes, adoradas por los profesionales –e impresionantemente costosas. Varían en precios desde los mil dólares por un modelo de 12 pulgadas hasta 2.500 dólares por la de 24 pulgadas. Pero se aproxima el cambio. Pen displays baratas de compañías chinas desconocidas, como Yiynova, P-Active y Bosto, han empezado a aparecer a la venta en Amazon, y cuestan apenas 300 dólares.

La Cintiq es sólida. Con 10,160 kilos de peso, se requieren dos manos para sacarla de la caja y colocarla en su soporte. La pantalla se inclina hacia cualquier ángulo que sea cómodo para usted al dibujar, y gira 180 grados en cualquier dirección, lo cual resulta fantástico al sombrear.

Un cable negro y grueso sale de la pantalla y se divide en una maraña de conectores: video, USB y energía. Los enchufes de USB y video se conectan a su Mac o PC, igual como se conectaría un monitor externo convencional. Luego se instala el driver. Uno calibra la pantalla al dar un pequeño toque con el stylus en cuatro puntos prescritos. Finalmente, uno abre una pintura o un programa en 3D como Photoshop, Illustrator, Corel Painter, Manga Studio o Maya 3D y aplica la pluma a la pantalla.

Hay un breve retraso entre un trazo con la pluma y la aparición de su «tinta», y hay un pequeño vacío de vidrio entre la punta de la pluma y la imagen en sí. Pero tras unos cuantos minutos, se sentirá tan encantado y productivo como los artistas que orgullosamente demuestran sus Cintiqs en YouTube. Se siente como si estuviera dibujando en papel; la punta no patina en el vidrio. Después de usar el pen display más costoso, probé el más barato: la Yiynova DP10 (300 dólares).

Esta pantalla es una tabla delgada de plástico blanco de 700 gramos que uno puede sostener con facilidad en una mano mientras dibuja, aunque también tiene un soporte atrás. A diferencia de la Cintiq, la DP10 no requiere conectarse a la pared ni al enchufe de video de su computadora. En cambio, uno la conecta a la PC con un solo cable negro de USB. Sin embargo, tuve problemas para hacerla funcionar.

Sin embargo, si logra superar el proceso de configuración, se dará cuenta de que el bajo precio, el peso ligero y la sorprendente portabilidad le brindan a la DP10 algunas posibilidades fascinantes. El stylus trabaja en los programas gráficos de costumbre, con todo y sensibilidad a la presión. También trabaja con las funciones para tablet de Windows. Sólo la pantalla más bien pequeña (1,024 por 600 pixeles) y su superficie resbaladiza desmerecen la experiencia.

Mi experimento final involucró al hermano mayor de esa tablet, la Yiynova MSP19. Es una pantalla táctil de 19 pulgadas, más grande y más pesada, más parecida a la Cintiq, pero con un precio de 500 dólares. La imagen es nítida y vibrante, y la calidad de construcción es impresionante. Hace el trabajo sumamente bien.

Por supuesto, la Cintiq es superior en un centenar de formas, pero los modelos más baratos son sorprendentemente buenos por el precio.

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