En el 122º aniversario del nacimiento del escritor argentino “inevitable” se multiplican los homenajes y se formulan nuevas claves para leer y comprender su obra
Jorge Luis Borges, el escritor más relevante de la literatura argentina, nació hace 122 años en Buenos Aires (escenario privilegiado de algunas de sus ficciones más importantes); no obstante, la vigencia de su obra se renueva con distintas miradas y enfoques sobre su producción laberíntica e inevitable.
Este mes se programaron varias actividades en las que participaron –participan– escritores e investigadores, especialistas que tanto en el tercer #BorgesPalooza (ideado por el periodista Daniel Mecca y que tuvo más de ocho mil visitas la última semana en YouTube) como en el Festival Borges (también con su propio canal), que comenzó ayer y durará toda la semana, disertaron sobre el autor de El libro de arena. Para enriquecer el calendario borgeano las jornadas que desde hoy y hasta el 28 organiza la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, en el CCK, proponen acercamientos académicos a las invenciones e intervenciones del autor. Hoy, Día del Lector en el país en claro homenaje, la Fundación El Libro realizará, además, una suelta virtual de poemas en sus redes sociales. Y hasta el viernes continuará con la programación de la Semana del Lector.
Cuentista, poeta, ensayista, político, profesor y lector; un recorte de once dichos sobre Borges en la voz de escritores contemporáneos.
Luis Chitarroni
“Leer a Borges, pese a todas las insistencias contrarias, es sencillo. Hay que prestar atención a las palabras, leer de verdad. No con el criterio ‘figurado’ con el que se usa leer hoy: ‘leer’ un mensajito de texto o ‘leer una jugada’. A esa primera suma hay que agregar una adicional: darle a la literatura el caudal de gran conflagración y de fiesta, no restar jamás los elementos de broma, de misterio, de inquietud, de subrepción. Al revés de muchos narradores que marchan al paso o, detrás de sus palabras o adelante, Borges está presente en cada una de ellas, aun si un detalle de oído argentino lo obliga a repetirla o a equivocarse de preposición. Sacarse de un tirón la careta de reproche a Borges por haberlo escrito todo antes. Eso nos obliga a dar un gran salto, a no seguir negando ‘nuestras imposibilidades’”.
Federico Jeanmaire
“Se dice que adjetivar y utilizar demasiados adverbios de modo está mal y que eso no es literatura. Es una incongruencia que los mismos que aseguran que Borges es el gran escritor argentino digan que los adjetivos y adverbios de modo son mala literatura. Hago una defensa borgeana de los adverbios que también utilizó mucho Cervantes. Son como salpicaduras que en Borges quedan talladas y que no se le perdonarían a otro escritor. Cervantes, como Borges, también era barroco. No creo que a Borges le cayera mal sentirse un poco barroco como aparentemente se puede sentir alguno de sus lectores más encolumnados. Es muy de utilizar el adjetivo antes del sustantivo, lo cual es raro en el castellano moderno; eso proviene de su amor por el inglés donde es más común, pero también tiene que ver con el castellano antiguo y la forma que toman sus textos”.
Santiago Kovadloff
“Borges dijo y repitió que, a su juicio, leer ‘es más civil que escribir’. Creo que su propósito fue subrayar un deleite que muy rara vez proporciona la propia escritura: el deleite de admirar y aprender. Si Borges suele citar con frecuencia y fruición es porque, como reconoce, la lectura lo ha aleccionado y no dudaría en afirmar que también lo ha inspirado profundamente. Leyéndolo, una y otra vez nos encontramos con el lector extraordinario que fue”.
Pola Oloixarac
“Usó la confrontación para cimentar una estética. Usó ‘la grieta’, la circunstancia que lo había dejado en la vereda opuesta al peronismo, que nunca disoció del fascismo, como parte de un proceso estético y filosófico que tuvo un gran impacto en su escritura. Se alimentó de su nueva identidad de ‘enemigo político’ (de haber sido señalado por el régimen peronista como tal), y eso tuvo repercusiones directas sobre su proyecto literario”.
Eduardo Mileo
“Borges es un poeta en todo lo que escribe, no solo cuando escribe poesía. Borges escribe prosa como si fuera poesía. Él mismo se reconoce en primer lugar poeta. La poética de Borges está puesta en su prosa de una manera totalmente novedosa. Es una poética aséptica, una poética de la precisión, disciplinada. En sus sonetos hay una melodía que tiene que ver con la afluencia de las palabras. Borges maneja magistralmente eso. No era un músico, pero era un músico de la lengua”.
María Negroni
“Todavía nos falta mucho tiempo para entender la riqueza y complejidad de la obra de Borges. Como decía Marcel Duchamp, en los grandes artistas hay retrasos en cómo se perciben sus obras. A veces tienen que pasar varias generaciones para que pueda ser leída y comprendida; me parece que todavía no estamos en ese punto”.
Carlos Gamerro
“Los ingleses, si quieren conectarse con la antigua literatura anglosajona, pasan por Borges; los españoles para leer a Cervantes también pasan por él. Es decir que Borges incide y tiene una presencia necesaria e inevitable en la cultura de los países centrales, de sus literaturas antiguas, y es un logro asombroso”.
Pablo De Santis
“Borges forma un lector que borra las diferencias entre la literatura popular y la alta literatura. En aquel momento en que Borges hablaba de Chesterton, este escritor no era muy bien considerado. Y a Stevenson se lo consideraba un autor para la juventud. Borges incorpora a todos esos autores y además a los de la novela policial con la colección de El Séptimo Círculo, que publican Borges y Bioy Casares. Creo haber leído que en Emecé no estaban muy seguros de poner su sello editorial en una colección de policiales porque podía ser un desprestigio para la casa editora. Hoy parece absurdo, pero en ese momento era así. Esa colección sirvió para darle prestigio al género policial, cuyas tapas tenían esas imágenes un poco cubistas, completamente opuestas a otras tapas de policiales que eran dibujos más realistas. La contribución de Borges al policial es la ironía, que está presente en todos estos cuentos, como los de Parodi que escribió con Bioy. Desde el nombre del detective está la idea clara de parodia”.
Sylvia Saítta
“La experiencia de Borges en el diario Críticay particularmente en la revista Multicolor de ese diario me parece uno de los grandes momentos de la historia del periodismo y de la literatura argentina, sobre todo leído desde el presente. Si bien ya tenemos otra imagen de Borges hoy, en los años 80 o 90 en que Borges se convierte en el gran escritor argentino, si había algo difícil de reunir y vincular era el universo de lo popular, el diario más sensacionalista de la Argentina que era Crítica, y Jorge Luis Borges. Si había universos que durante mucho tiempo no pudieron ser pensados como pertenecientes a un mismo mundo eran esos, y fue Borges a partir de su vínculo con ese diario el que invita a los jóvenes de la vanguardia literaria a publicar en las páginas del diario, tanto a los escritores vinculados a la revista Martín Fierro como a los artistas plásticos”.
María Rosa Lojo
”Witold Gombrowicz les recomendó a sus seguidores y discípulos ‘matar a Borges’. No es necesario que matemos a Borges, tenemos que ser antropófagos con Borges, comernos a Borges, está disponible, no hace falta el parricidio tradicional. Busquemos en todo caso una asimilación que nos haga naturalizar a Borges como un elemento fundamental de nuestra tradición. No tenemos por qué escribir como él. La mejor manera de responderle a Borges como se merece es crear otras obras. La imagen de Borges se ha anquilosado en el imaginario, sobre todo de la gente más joven, porque se ha convertido en un personaje idolatrado y casi sagrado. Colocarlo en un pedestal produce inmovilidad”.
Marcelo Birmajer
“Quisera rescatar al Borges político porque muchas veces hay un malentedido de que Borges era un gran escritor que se equivocaba políticamente, pero tuvo muchos más aciertos que errores. Borges fue el escritor argentino más relevante anitnazi de su época, cuando la intelligentsia protoperonista era o bien neutral, o bien pronazi. Borges representó desde las letras una posición antinazi con ese ensayo maravilloso sobre la liberación de París (’Anotación al 23 de agosto de 1944′). También fue importante su condena del Che Guevara, con su negativa a participar de un homenaje al Che en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, y que dio origen a la famosa anécdota de la amenaza que tuvo de que le iban a cortar la luz si daba la clase. Él respondió: ‘Pueden hacerlo, para eso he tomado la precaución de ser ciego’. Para mí es un modelo de cómo pensar la Argentina, me siento deudor del pensamiento de Borges y cómodo con sus posicionamientos contra el nazismo y la izquierda violenta, además de ser un admirador perseverante de su obra”.
Fuente: La Nación