Google le rinde un homenaje al «pintor de las problemáticas sociales», en el 108 aniversario de su nacimiento. Destaca sus más reconocidas obras, como Juanito Laguna y Ramona Montiel
Nacido en la ciudad de Rosario el 14 de mayo de 1905 y criado en el seno de una familia de inmigrantes italianos, Antonio Berni cultivó desde muy pequeño la pasión por la pintura. Un arte que lo llevó, con sólo 15 años, a exponer por primera vez sus cuadros en el Salón Mari, en esa ciudad santafesina.
Era pintor, grabador, dibujante, muralista, ilustrador y también creó objetos e instalaciones, pero sobresale por ser sinónimo del “arte de denuncia”, puesto que sus principales obras reflejaron la crudeza de las problemáticas sociales que aquejaban tanto en Latinoamérica como en Europa.
La desocupación, la pobreza, el comienzo del nazismo y fascismo, la Guerra Civil Española se hicieron protagonistas en los cuadros de Berni.
«El artista está obligado a vivir con los ojos abiertos y en ese momento (década del 30) la dictadura, la desocupación, la miseria, las huelgas, las luchas obreras, el hambre, las ollas populares crean una tremenda realidad que rompían los ojos», explicó en 1976 sobre esa etapa de sus pinturas definidas como de «realismo social».
En 1958 surgió en él un gran personaje, Juanito Laguna, y poco tiempo después Ramona Montiel. La historia de estos dos seres se cotizó en el mercado exterior a precios incalculables.
Juanito era un niño que vivía en una villa de emergencia, dormía en un basural, soñaba con la exploración espacial y se ganaba la vida recogiendo residuos en las calles.
Ramona Montiel, en tanto, era una niña convertida en prostituta para poder vivir. Ella aparece rodeada de los hombres que la explotan; Ramona como costurera, Ramona trabajando en el cabaret, Ramona y la adivina, Ramona y su casamiento, Ramona esperando en la Panamericana.
Para estas obras Berni utilizó un estilo creado a finales de siglo: el collage, que consiste en agregar a la pintura objetos reales pegados sobre el cuadro.
Utilizaba latas, plásticos, hierros, maderas, telas, zapatos, juguetes, papeles, señales de tránsito, entre otros, que recolectaba de las calles de Buenos Aires, donde, tranquilamente, podrían haber vivido muchos Juanitos y muchas Ramonas.
Juanito y Ramona fueron sin dudas dos de los capítulos más originales de la historia del arte argentino y que consagraron a Berni como uno de los artistas clave de la cultura del país. Falleció en Buenos Aires, en 1981.