El refugiado sirio que toca con su violín el Himno a la Alegría

Himno-Alegria-Jure-ErzenPeriodismo-Humano_CLAIMA20150908_0145_28Rami Basisah es uno de los cientos de refugiados sirios que están en la frontera entre Macedonia y Grecia, en un campo de inmigrantes improvisado al lado de las vías del tren. Es un joven de 24 años que igual que sus pares busca una nueva oportunidad, un futuro mejor. Y para no estar solo, lo acompaña el mejor aliado para él en este momento: un violín.

Ese ese violín el que saca con timidez de su funda y comienza a afinar. Frente a él, unos 600 refugiados tratan de pasar las horas como pueden, aguardando el tren que los saque de allí y los lleve a una nueva escala en su viaje a la “tierra prometida”, cuenta el diario The Chronikler.

Rami estudió música en la ciudad siria de Homs. Sus compañeros lo alientan para que empiece a tocar. Tímido, el joven piensa, hasta que finalmente toma coraje y empieza la magia. Rami  les devuelve un poco de paz a los cientos de refugiados desesperanzados con el Himno a la Alegría.

Cuenta el mismo medio que cuando Rami comenzó la melodía era tenue, aunque los refugiados detuvieron sus charlas. Hasta los guardias se sorprendieron. Conocían la canción. Seguramente alguna vez habían escuchado el Himno a la Alegría. Los inmigrantes lo aplaudieron con entusiasmo.

Luego de finalizar la creación de Beethoven, Rami eligió una canción patriótica tradicional siria. Sus amigos, todos originarios de Homs, una ciudad devastada por la guerra, empezaron a cantar. Todo terminó en emoción. Mujeres, hombres y niños, por un momento, sintieron ese milagro de esperanza que les alcanzó la música.

FUENTE: Diario Clarín

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