Una exposición en Nueva York descubre imágenes inéditas del fotógrafo de guerra más importante del siglo XX. Famoso por fotos en blanco y negro, como Muerte de un miliciano, también tomó retratos de moda e instantáneas cotidianas llenas de vida.
Robert Capa tuvo una vida intensa y quizás demasiado corta. Cámara en mano cubrió cinco conflictos bélicos, siendo su foto más emblemática Muerte de un miliciano, una toma en blanco y negro que muestra a un soldado republicano en el momento exacto en que es alcanzado por una bala. Era 1936 y Capa recién comenzaba a cubrir la Guerra Civil Española. Luego vino la II Guerra Mundial, la guerra entre China y Japón, el conflicto árabe-israelí y la Primera Guerra de Indochina, donde encontró la muerte tras pisar una mina terrestre, en mayo de 1954. Tenía 41 años.
Hoy, en el centenario de su nacimiento, se creería que sobre el fotógrafo húngaro se ha dicho todo. Pero no. La prueba la tiene Cynthia Young, curadora del International Centre of Photography (ICP) de Nueva York, quien afina detalles de Capa in color, muestra que se abre el 31 de enero y que reúne 125 imágenes en color, muchas inéditas o no vistas hace 70 años, que ofrecen su trabajo para revistas estadounidenses como Life, Collier’s, Holiday y Ladies’ Home Journal. Se trata de fotos alejadas del campo de batalla, más cercanas al glamour, el retrato de moda y la vida cotidiana. Pero, ¿cómo es posible que el fotógrafo de guerra más famoso del siglo XX aún guarde secretos?
“Hay varias razones”, dice Cynthia Young a La Tercera. “La más importante es que muchas de las fotos fueron tomadas en Ektachrome (tipo de película elaborada por Kodak), que es muy inestable y por eso no fue posible revelarlas en los años que siguieron a su muerte. Sólo ahora, en la era digital, fue posible escanear los negativos y trabajarlos digitalmente para obtener los colores originales. En los albores de la fotografía en color, algunos de sus primeros cromos fueron revelados mal en Inglaterra y eso es porque Kodak (de EE.UU.) tenía el control total de los filtros adecuados”, revela.
Capa abrazó el color en 1941. Después cubrió los turbulentos años de la fundación del Estado de Israel, registrando la llegada de los inmigrantes a Haifa. En toda su carrera, el húngaro alternó el trabajo en color con el blanco y negro, llegando a transgredir incluso el pensamiento de su amigo Henri Cartier-Bresson, con quien fundó la agencia Magnum en 1947, y quien era un acérrimo detractor de la foto en colores. Claro, antes de rechazarla, él mismo la probó, llegando incluso a la portada de la revista Life con una imagen de China. Luego quemaría todos sus negativos a color.
A pesar de que muchos colegas objetaron la calidad técnica del color, Capa insistió. El resultado se aprecia hoy en imágenes llenas de vida. Hay retratos de celebridades, como el pintor Pablo Picasso, jugando en el agua con su hijo Claude, y la actriz Ava Gardner en el set de La condesa descalza, en Italia, en 1954. También hay fotos cotidianas como la de una familia lapona, en 1951, o un día cualquiera de la Plaza de la Concordia, de París de 1952, o un grupo de hombres subidos a un árbol para ver pasar al Sultán Mohammed Sidi en Marruecos, en 1949. “Adoro sus retratos a celebridades e individuos. Tenía un magnífico sentido del humor y del glamour, y con esa mezcla no tomaba a nadie muy en serio. Creo que las mejores son sus últimas fotos tomadas en Indochina, donde el color aporta mucho al dramatismo del lugar”, dice la curadora.
El color no es el único descubrimiento que Young ha hecho de Capa. Investigó también la maleta mexicana, perdida en 1937: tres cajas de rollos recuperados en 2007, con 4.500 negativos de la Guerra Civil Española tomadas por Capa, su pareja Gerda Taro y su amigo Chim (David Seymour).
Teniendo en cuenta ambos hallazgos, ¿usted cree que hay más misterios por descubrir de Capa? Sinceramente, creo que sí. De alguien como él, que tenía una carrera tan extraordinaria y se dedicaba a ella tan seriamente, nunca sabes lo que puede depararnos el futuro.
Por Denisse Espinoza – diario La Tercera