Tenía menos de 25 años cuando murió y medía 1,71 metros. La encontraron en Escocia en 1987, en Achavanich (Caithness) in 1987. Se dedicaba a labores en las que tenía que utilizar su fuerza corporal. Al igual que su familia, era una experta artesana y poseía ganado. Quienes descubrieron su tumba, la bautizaron comoAva.
Esta joven, era hija de inmigrantes provenientes de Europa que pasaban por el norte de lo que hoy es Escocia hace 4.250 años.
Esta data la convierte en una representante de “Beaker People” o gente de Beaker, personas que habitaron este continente hace 4.500 años y que recibieron ese nombre debido a las vasijas (vasos) de cerámicas que fabricaban en forma de campana invertida y muy decoradas durante la Edad de Bronce.
Ahora, un grupo de investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard y el Museo de Historia Natural en Londres, dirigidos por la arqueóloga Maya Hoole realizaron un nuevo estudio de ADN a los restos encontrados más de 30 años y recrearon el verdadero rostros de la mujer: era de piel morena (color oliva), pelo negro y ojos café, “similar a los individuos modernos que viven en países del sur de Europa como España”, recalca la investigadora.
Otro dato: era intolerante a la lactosa, pero no por eso no consumía productos derivados de la leche, podría haber consumido productos lácteos procesados como yogur, leche fermentada o queso, señala la investigación publicada en la revista Proceedings of the Society of Antiquaries of Scotland.
La primera vez que sus restos fueron estudiados por parte de este mismo grupo (2016), el rostro era distinto. Su piel blanca, el pelo rojizo y los ojos claros. Entonces, fecharon su muerte hacia 3.700 años. “Cuando creamos la reconstrucción facial original, no sabíamos que podríamos obtener datos de la apariencia de Ava a partir de su ADN. La interpretación original se basó en la población moderna de esta parte del mundo, pero la evidencia del ADN sugiere que lucía muy diferente. Esa es la maravilla de los avances en la ciencia: estos nuevos desarrollos científicos notables están mejorando nuestra comprensión de la prehistoria”, dice Hoole a Qué Pasa.
Los nuevos antecedentes dan cuenta que la joven tenía una dieta rica en proteínas y rica en carne, baja en carbohidratos. Habría sufrido enfermedades y/o estrés nutricional en su infancia, incluso mientras estaba en el vientre de su madre. Los huesos de su espalda evidencian un traumatismo relacionado con estés por lo que podría haber sido a causa del transporte de cargas pesadas. No saben cómo murió, pero la presencia de polen de las praderas y de la hierba de San Juan en el lugar hace creer a los investigadores que intentaban tratar una enfermedad ya que entonces eran comúnmente utilizadas por sus propiedades medicinales.
El artista forense Hew Morrison fue el encargado de reconstruir su rostro.