Smoljan: cómo sigue su trabajo con la cultura desde la Legislatura. Hoy es legislador neuquino; antes fue director más de una década de la sede del Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén capital, donde marcó vanguardia con su trabajo constante y de nivel internacional. Por ello merecía una entrevista a fondo para ver qué balance hacía por su paso por la cultura regional y cómo seguirá su trabajo desde la Legislatura neuquina.
Por Horacio Lara (Diario Río Negro)
«El Museo Nacional de Bellas Artes Neuquén fue un hecho inédito en nuestra historia. Fue y sigue siendo la única vez que se pudo instrumentar una sede del MNBA en el interior del país. Fue la primera vez que se federalizó parte del patrimonio de las artes visuales nacionales enviándolas a Neuquén.
«La historia del museo comenzó con una idea referida a los maestros internacionales. Comenzamos en el 2000 con una muestra retrospectiva de Julio Le Parc, que vive en París, y París era en ese momento la historia de las artes visuales, y terminamos con una muestra de Liliana Porter, una argentina que vive en Nueva York, una artista que tiene mucho que ver con las ideas y una ciudad que hoy es considerada el futuro del arte.
Y esa parábola es para mí muy emblemática de lo que le ocurrió al museo a lo largo de su historia. Un camino que comenzó con las artes contemporáneas con Le Parc y París, que se cierra con Porter y Nueva York. La historia y el futuro.
«En esa época empezamos ya con una convocatoria a los artistas regionales. Las propuestas en ese tiempo tenían más que ver con la representación formal del exterior, eso que naturalmente reproducían las artes visuales, las artes plásticas en Neuquén, y terminamos ahora con la muestra Neuquén Contemporáneo, con obras de más de sesenta artistas de la región con una evolución extraordinaria, una muestra curada por un curador de prestigio como es Rodrigo Alonso.
«Hoy, el MNBA es un punto de referencia cultural en el país y el mundo», refuerza Smoljan a quien quiera escucharlo.
«Una de las virtudes que tiene esta institución, uno de los conceptos que está aceptado es que no existen más ni el centro ni la periferia. Hoy en día, con los sistemas actuales de comunicación, con la información que hay disponible en Internet, en cualquier lugar del mundo, teniendo esos elementos, uno puede producir vanguardias.
«Antes, las vanguardias estaban reservadas a los grandes centros urbanos. Hoy, con este concepto nuevo, en cualquier territorio, teniendo información, artistas con conocimiento, incorporando tecnología, se pueden producir excelentes obras de arte contemporáneo.
Eso se da cuando hay instituciones como el MNBA, que van fijando pautas, que pueden mostrar el camino de los grandes maestros, instituciones en las que se va haciendo experiencia. Aquí vinieron curadores, teóricos, vinieron muestras muy significativas de las distintas corrientes del arte universal y nacional.
«Otra cosa muy importante que produjo el museo es que permitió, al principio en su sede provisoria, que se pueda exponer una muestra de Rembrandt en la Patagonia. Esa fue la primera vez en la historia cultural argentina que se pudo ver la obra de este genial artista holandés en el interior del país.
«Otra cosa que produjo el museo fue el vínculo directo con el exterior. En el mundo moderno uno pretende tener vínculos directos, descentralizar, ser cosmopolitas, vincularse e interrelacionarse con otros países, otras instituciones, otras culturas. Un caso concreto de ello fue cuando trajimos una muestra de Alemania a Neuquén y luego volvió a Alemania. Es decir, Neuquén fue el único lugar que esa muestra visitó en la Argentina y después volvió a su ciudad de origen. Esto no supone el egoísmo de sentir que lo vimos sólo nosotros, sino que significa la madurez de que Neuquén puede producir ese tipo de fenómenos.
«El museo generó también un espacio de encuentro democrático, abierto, donde se igualó socialmente. En él, todos pueden participar en igualdad de condiciones. Se apuntó a la excelencia y se garantizó el acceso a la cultura en forma gratuita que es la mejor manera de igualar socialmente. Creo que eso es un emblema, no sólo de Neuquén sino de la región.
Y otra cosa que el museo produjo fue un vínculo muy fuerte con el ámbito educativo, en sus tres niveles. Este vínculo va desde los catálogos que hemos editado y que distribuimos gratuitamente a todas las bibliotecas escolares, hasta las visitas guiadas para las escuelas, y que hoy son más de diez por día.
«La idea de un centro cultural. Históricamente los museos fueron concebidos como depósitos de objetos antiguos, obras de arte, etc. Pero en el concepto moderno, la idea de museo es generar otro tipo de actividades que permitan, por un lado, que el museo atraiga al público y por otro que el público termine participando de la propuesta del museo. Por eso es que le dimos mucha importancia a las actividades del auditorio, con los ciclos de cine que llevan más de diez años, con los conciertos de diversos géneros musicales, con las conferencias, etc.
El museo tuvo incluso una influencia decisiva en la arquitectura del entorno urbano. Se mejoró notablemente la parquización del Parque Central y si se mira bien, se puede ver se están construyendo edificios en los alrededores del museo que siguen de alguna manera la línea arquitectónica y urbanística que inició el MNBA.
«Cuando el museo inició sus actividades, en el 2000, con la muestra de Le Parc, significó la incorporación del Arte Cinético. Salimos así de lo tradicional, fue la primera vez que un artista se pasó quince días con nosotros, montando la muestra y el público neuquino aceptó que había otras formas de arte como la luz, la forma y el movimiento.
En el 2001, cuando ocurrió el atentado contras las torres gemelas en Nueva York, estábamos presentando la serie de grabados Los Desastres de la Guerra, de Goya. Esa muestra ayudó a desdramatizar el pánico que había generado esa situación, sobre todo con las escuelas. Venían las escuelas con los alumnos, las maestras hablaban de la guerra y se hacía el correlato con las torres gemelas.
«Rembrandt fue importante para el comercio y el turismo. Fue la primera vez que los hoteles trabajaron en el verano a pleno, la tasa de ocupación hotelera por fin de semana en Neuquén aumentó a niveles que nunca antes había tenido, la gastronomía funcionó muy bien en ese momento, los comercios vieron este fenómeno y se integraron inmediatamente al museo coordinando acciones y se generó todo un movimiento económico que resultó altamente favorable a esta ciudad.
«Al principio, cuando se anunció la construcción del MNBA, hubo alguna resistencia. La cultura, cuando se democratiza, genera libertad. Una sociedad con libertad es inmanejable y siempre hay sectores conservadores que necesitan manejar el status quo para poder dominar. La cultura, para esos sectores, naturalmente es un enemigo.
«El primer argumento contra la construcción del museo fue que era un gasto innecesario, faraónico. Nosotros demostramos que no era un gasto sino una inversión. Demostramos la realidad de un simple principio económico: la tasa de generación de empleo por unidad económica invertida en cultura y lo que genera en turismo, equivale al doble del de la industria tradicional.
Decían que era un gasto para el Estado. Jamás una repartición estatal generó tanta riqueza desde el punto de vista material como el MNBA. No solamente incorporamos el capital de la colección nacional, sino porque tenemos otro tanto que proviene de las donaciones, un patrimonio que es de la ciudad y que tiene un valor incalculable, compuesto por veintiocho obras de León Ferrari, sesenta y cuatro de Juan Melé, y otras de Tomasello, Lozza, Marta Minujin, Diana Dowek, etc.
También eso demostró que el museo no era un gasto, sino que era un gran negocio, porque con una inversión mínima del Estado se generó un recurso material incalculable.
«Nosotros tenemos el orgullo de trabajar por la libertad. Una de las últimas donaciones que recibimos es una escultura de Marie Orensanz y que está emplazada frente al museo. Esa escultura está realizada en acero y únicamente dice «libertad». Tan sencilla es, pero uno puede observar la libertad desde distintos enfoques, enrejada desde adelante, sin límites, etc. Es un símbolo de una artista internacional, una escultura muy valiosa construida en un acero especial que se oxida únicamente en la capa superficial y que es carísimo, genera una textura que cambia de colores con el transcurso del día.
«La cultura tiene que estar en la agenda política de los distintos organismos del Estado. Y en igualdad de condiciones, para que ocupe su lugar, para que deje de ser una cuestión meramente declarativa.
En todos estos años en el Ejecutivo municipal de la ciudad de Neuquén, buscamos poner en valor la Cultura, incrementando su presupuesto, llevándolo a los niveles más altos. Trabajamos para llevar la Cultura al rango de secretaría, como un ministerio más del gobierno comunal.
«En el legislativo ocurre lo mismo. Como diputado, voy con la idea de poner en valor la Cultura, no solamente desde lo tradicional, sino desde la construcción del discurso político, que esté imbuido del espíritu contemporáneo que es mucho más profundo en cuanto a superar el tema de centro y periferia, la dependencia, sentir que, en la medida que incorporamos cultura a la acción legislativa, estamos incorporando libertad, estamos incorporando valores que normalmente no se manifiestan en ámbitos como ese. Seguramente vamos a cambiar modos, vamos a salir del individualismo, esa es la tarea que me impuse.
«Por supuesto también busco impulsar proyectos que están postergados en nuestra región. Por ejemplo, Neuquén es una de las pocas provincias del país que no tiene un museo para sus artistas regionales. Es un déficit para nuestra provincia.
«Vamos a impulsar un proyecto para su construcción. Otro proyecto es la Ley de Mecenazgo, un instrumento que permita obtener recursos y desarrollar la actividad artística y cultural. Y en tercer lugar, está el postergado museo paleontológico, que es un sueño en el que yo he trabajado durante años y que creo permite desarrollar un recurso que genera un interés internacional, como es la paleontología y la economía de sustitución de los recursos no renovables por recursos renovables como el turismo cultural.