Escuela para adultos

La «Escuelita Solidaria» de Toma 7 de Mayo de Neuquén brinda clases a seis mujeres y un hombre mayores de edad. Nació hace dos años como lugar de contención y apoyo escolar para los chicos del barrio. Ahora dictan primario para adultos y piensan incorporar secundario.

Son mayoritariamente mujeres jóvenes que no pasan los cuarenta años y que buscan una oportunidad para concluir sus estudios primarios, ya sea para continuar la secundaria o bien simplemente para ayudar en la tarea escolar de sus pequeños.

“Nosotras no tuvimos la oportunidad de estudiar cuando éramos chicas y ahora es todo un esfuerzo porque tenemos una familia, trabajo afuera y dentro del hogar. Es lo que nos toca. No tuvimos la posibilidad que otros tuvieron en su momento. Queremos valorar el estudio y esta es una nueva oportunidad”, dijo tímidamente Alejandra, quien a sus 36 años concurre a la Escuelita Solidaria de Toma 7 de Mayo para lograr el sueño de terminar la primaria.

Con sus flamantes dos años de funcionamiento, la Escuelita, que nació por iniciativa de Gustavo Guerrero y un grupo de entusiastas que pensaron en brindar apoyo escolar y contención a niños de los barrios aledaños, ahora suma otro objetivo: el de la educación sistemática para adultos.

Maestra

Tres veces por semana, lunes, miércoles y viernes, de 14 a 17, seis mujeres y un varón mayores de edad también concurren a esta entidad, que ya cuenta con personería jurídica, para tener clases de parte de una docente que designó el Consejo Provincial de Educación (CPE).

“Los chicos que vienen a hacer las tareas nos dejan estar adentro hasta las 15, el resto tenemos que tomar clases afuera, ese es el convenio con ellos”, comentó la docente Adriana Rivera, quien imparte clases por primera vez fuera de una institución escolar tradicional.

Yamina tiene 29 años, es una mujer algo menuda y a pesar de mostrarse callada se anima a contar su experiencia.

“Soy de Río Negro, allá estudié hasta séptimo grado pero no pude terminarlo, me vine con mi familia para acá y se me hizo difícil seguir estudiando. Ahora, a pesar de que no es fácil congeniar con las tareas de la casa y los horarios de los chicos para ir al colegio, quiero hacer algo más de mi vida y poder seguir el año que viene con el secundario”, expresó en tono firme la joven madre junto a sus compañeras de clase.

Primaria

La docente explicó que mediante un programa de Provincia, desde el CPE crearon el cargo para que ella enseñe en esta primaria de adultos en la Escuelita con el nombre de Centro Educativo Primaria de Adultos (CEPA) Nº 145.

“Tengo algunas chicas que están en un primer ciclo (de 1° a 3° grado) y otras que están en un tercer ciclo (6° y 7° grado). Si bien dos terminaron séptimo grado hace tiempo, vienen porque ya no se acuerdan y de esta manera obtendrán un certificado de finalización de la primaria y podrán seguir el secundario”, sostuvo Adriana Rivera.

Las clases comenzaron la semana pasada y el proceso evolutivo de aprendizaje dependerá del compromiso y desempeño de los propios alumnos.

Esfuerzo

María Inés trabaja en un comedor comunitario por la mañana, y por la tarde se toma un tiempo para ir a estudiar y mejorar sus posibilidades laborales, en beneficio de ella y de sus tres hijos.

“Yo les digo a las chicas que no tienen que tener vergüenza de venir a estudiar, vergüenza tendrían que tener aquellos que no hacen nada para superarse. Yo terminé la primaria hace 30 años pero ni sé dónde está el título, entonces, como hay cosas que no me acuerdo y además cambió la metodología de enseñanza, prefiero hacerla y el año que viene anotarme en la secundaria”, sostuvo Marcela Muñoz, colaboradora y alumna de la Escuelita.

 

FUENTE: diario La Mañana de Neuquén

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