El teatro neuquino llora y despide a Alicia Villaverde
Pionera del ámbito teatral local, la actriz fue la alumna predilecta de Alicia Fernández Rego, “madre del teatro” neuquino.
El mundo del teatro neuquino sufrió ayer una valiosa pérdida: la docente, actriz, dramaturga y directora, Alicia Villaverde, dijo adiós a los 65 años de edad tras una larga enfermedad. Su cuerpo, que era velado anoche en la sala de Bahía Blanca 546 -hasta las 10.30 de hoy- recibirá su descanso final en el cementerio de central de la ciudad.
Villaverde, madre de César Altomaro, actor y uno de los valores zonales en el ámbito cultural, fue uno de las figuras entusiastas y protagonistas que comenzó a respirar en estas tierras en las décadas del 60 y 70. Siendo una adolescente comenzó su carrera en las tablas de la mano de Alicia Fernández Rego. En ese grupo de artistas también estaban el músico y creador de la Sinfónica neuquina, Naldo Labrín, Kune Grimberg, Darío Altomaro, entre otros.
En 1960, motivada por la música y la danza folclóricas, ingresó en la primera escuela de arte de la Norpatagonia, la Escuela de Bellas Artes de Neuquén (EPBA)
Según el músico y su amigo Naldo Labrín, ella fue “la alumna predilecta de Alicia Fernández Rego. Se formó con ella y se desarrolló como una actriz con un gran temperamento dramático”. Formó parte del grupo de teatro para niños El Grillo, y un tiempo después del grupo musical Génesis.
“En el ‘76 los militares la secuestraron y la tuvieron desaparecida, y sufrió los vejámenes de esta dictadura. Y ese dolor, generado por esos bestias, la persiguió de por vida”, dijo Labrín.
Entre los años 1976 y 1989 estuvo exiliada en México, donde fundó los grupos Ensayo y Telón blanco con Raúl “Rulo” Domínguez. De regreso al país, se ocupó de la dirección del grupo Claroscuro, desde 1989 a la fecha. En 2011, fue homenajeada en el Día de la mujer por el gobierno provincial con el premio Lola Mora.
“Era una gran lectora, una mujer muy cultivada, que después de actuar devino en una directora importante. Escribió guiones y siempre estuvo dedicada al teatro. Pero lo que vivió en esos momentos no lo pudo superar. Yo creo que a Alicia se la llevó el dolor”, concluyó el maestro Labrín.
FUENTE: Diario La Mañana Neuquén