Feria de ciencias en la EPET Nº 8

Los alumnos que asistieron al encuentro pueden elaborar distintas propuestas, desde crear un objeto hasta plantear el abordaje social de un tema como la violencia de género.

El evento se llevó a cabo en la EPET 8 y participaron estudiantes secundarios de toda la provincia.

Alumnos de escuelas secundarias de la provincia plasmaron sus inquietudes en la feria de ciencias que tiene lugar en la EPET 8, con trabajos desde una silla de ruedas automatizada hasta ponencias para evidenciar la violencia simbólica hacia la mujer.

Un grupo de estudiantes de 4º año del CPEM 13 de San Martín de los Andes presentó material sobre un análisis de violencia simbólica que encontraron en los medios, sobre todo audiovisuales. “Este tema surgió porque buscando sobre violencia hacia la mujer encontramos este tipo de violencia simbólica que se impone a través de los sentidos y está muy naturalizada. Quisimos darla a conocer porque es la que da lugar a otro tipo de violencia. Se suele tratar a la mujer como si fuera un objeto”, señaló Mariana Stecher, del CPEM 13.

Y ejemplificó que la violencia simbólica se naturaliza de diferentes maneras, entre ellas, mediante propagandas. “Hay una serie de spots publicitarios como el de un conocido desodorante que es muy sexista o el de una cerveza que es servida por mujeres para los hombres. Se da lugar a la violencia simbólica porque muestra a la mujer como un objeto o el premio por consumir algo”, agregó.

“Nunca vas a ver a un hombre yendo a comprar a un supermercado o tratando de hacer funcionar un lavarropas.

Historias

En otro orden, en la escuela vemos la historia a través de la mirada de los hombres, recién ahora se está rescatando lo que hicieron las mujeres. El objetivo es concientizar y hacer un cambio. Por eso dimos talleres en nuestra escuela y vamos a empezar a hacerlo en otras”, comentó Fátima Suárez, otra integrante del grupo que abordó el problema.

Los alumnos Florencia Vignau y Alexis Ulloa, del 6º año de la EPET 15 de Zapala, adaptaron una silla convencional a una automatizada para abaratar los costos. “Le adaptamos los circuitos, las baterías y los motores como una forma de reciclar la silla común. Si uno tiene que comprarse una silla automatizada cuesta 80 mil pesos, obviamente es importada. Lo que queremos demostrar acá es que en la industria nacional también se puede incentivar a hacer un proyecto como este”, dijo Florencia.

La etapa siguiente es pasar de la maqueta a una de escala cuyo destino será donársela a una niña de Quili Malal, quien tiene una silla manual y pesada para ella. “Ojalá podamos concretar esa idea”, sostuvo la joven alumna.

En la feria, además, se pudieron apreciar creaciones tales como un dispositivo explorador, objetos que fueron reutilizados de la basura, tinturas de plantas naturales, e hidroponía, entre otros.

 

FUENTE: Diario La Mañana de Neuquén.

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