Esta acción aconteció el 19 de enero de 1881. Los guerreros del cacique Queupo, con refuerzos de mapuches chilenos capitaneados por los caciques Huaiquillán y Nahuelán completaron un efectivo de 500 hombres. Atacaron Los Guañacos (a 110 kilómetros de Chos Malal) en circunstancias en que sólo lo guarnecían el alférez Eliseo Boer, 15 soldados, 15 chilenos movilizados y algunas familias de la tropa.
Después de un largo y encarnizado combate dieron muerte a todos los efectivos del fortín, incendiaron los locales, arrearon la caballada y se llevaron cautivas a las mujeres. Quedaron 40 indios muertos.
El jefe del fortín, teniente Sebastián Astrada, había recibido informes sobre un conjunto numeroso de agorígenes que se preparaba para atacarlos. Para desbaratar el intento salió al encuentro con 17 soldados, sin éxito, por cuanto no dio con el enemigo, el que en su ausencia había asolado su guarnición
El teniente coronel Guillermo Pechman en su obra “Asalto a los Guañacos” escribió lo siguiente: “Al día siguiente, 21 de enero de 1881, a medio día, el teniente Astrada llegaba al fortín, donde todos eran cadáveres y escombros carbonizados”.
“La sorpresa e impresión de aquellos militares al ver a sus compañeros tendidos y cubiertos de heridas, la población incendiada, el silencio terrible del momento y el planear de los cóndores que se acercaban, darán, a la imaginación del que lee, una idea de aquel cuadro”. Además, había 40 guerreros indios tendidos fuera y dentro del fortín. Las mujeres habían sido llevadas cautivas y no se supo más de ellas.
En este combate se encontraron unidos argentinos y chilenos tanto en la defensa como en el ataque del fortín, lo que constituye una curiosidad histórica, pues no sabemos de una lucha “interracial” de estas características.
Por decreto del 15 de septiembre de 1943, se ha declarado “lugar histórico” al que ocupaba el fortín “Los Guañacos”.
