De acuerdo a un asesor de la Casa Blanca, el impacto con un objeto de un kilómetro o más podría acabar con la civilización.
Bolden y oficiales de la Administración de Obama se presentaron frente al Comité de Ciencias, Espacio y Tecnología para discutir cómo el gobierno federal rastrea los objetos cercanos a la Tierra, y si nos encontramos preparados para evitar una colisión.
Los oficiales convocaron una audiencia luego de que el pasado 15 de febrero un asteroide de de 17 metros de diámetro chocara contra Chelyabinsk (Rusia), dejando más de mil heridos y muchos daños. Más tarde ese mismo día otro gran asteroide pasó a solo 27.000 kilómetros de la superficie de nuestro planeta, en la misma órbita que los satélites de comunicaciones.
Según explicó Bolden frente al comité, estos eventos «sirven como prueba de que vivimos en un sistema solar activo, con objetos potencialmente peligrosos que pasan por nuestro vecindario con una frecuencia sorprendente».
«Tuvimos la suerte de que los acontecimientos del mes pasado fueran simplemente una coincidencia interesante en lugar de una catástrofe», señaló el presidente del Comité, Lamar Smith, quien convocó la audiencia.
Si bien John Holdren, asesor científico de la Casa Blanca, señaló que el presupuesto dado anualmente para catalogar los asteroides potencialmente peligrosos para la Tierra se ha elevado de 5 millones a 20 millones en los últimos años, Bolden estimó que no sería hasta el 2030 que podrían catalogar un 90% de los objetos cercanos a la Tierra de un diámetro entre 140 metros y 1 kilómetro.
Según Holdren, la NASA ha encontrado y sigue de cerca un 95% de los objetos más grandes que vuelan cerca de la Tierra, los que tienen 1 kilómetro o más de diámetro, sin embargo un asteroide de ese tamaño, de un kilómetro o más grande, probablemente podría acabar con la civilización.
«Quizás podemos ayudarles con el presupuesto, no sé» señaló Smith, «tenemos que encontrar la forma de priorizar los proyectos de la Nasa».
De acuerdo a Holdren, el proyecto más útil sería colocar un telescopio infrarrojo en una órbita similar a Venus, así el instrumento podría observar a los asteroides que actualmente no se pueden ver debido a que pasan mucho tiempo en la órbita terrestre y se pierde su rastro con el brillo del Sol. Según los científicos, ese fue el caso del asteroide que cayó en Rusia hace un mes, pues vino desde el Sol, una dirección en donde los actuales telescopios no pueden observar.
«¿Qué haríamos si detectaran que un asteroide pequeño, como el que detonó en Rusia, va a impactar contra Nueva York en tres semanas?» preguntó el republicano Bill Posey a Bolden.
«Si viene en tres semanas, rezar», respondió Bolden.