Joven neuquina es becada en Brasil

AG.Ailen Kutnowski Prati tiene 23 años, fue becada en el Conservatorio Brasileiro de Música y aceptada en Berklee College of Music, aunque espera una beca ya que no puede costearlo.

Tiene apenas 23 años y un fururo promisorio, conmovedor e intenso por delante. No hace falta mucho para imaginarlo, porque el trabajo y el camino recorrido hasta aquí dibujan una buena base.

Ailen Kutnowski Prati nació en esta capital: los primeros pasos de su formación los caminó aquí y la llevaron muy pronto, muy lejos. «En mi casa siempre hubo arte: mi papá es médico, pero también pianista, y mi mamá, titiritera», rememora la joven en una charla con «Río Negro».

En la infancia, realizó talleres de música y danza. Más tarde, mientras cursaba el secundario, estudió en la Escuela Superior de Música de Neuquén (ESMN), a la vez que estudiaba en la Escuela de Danza de la ciudad. «Cuando estaba en cuarto, me dijeron en la escuela de danza que podía entrar a la carrera si terminaba el secundario, así que rendí quinto libre –recuerda–. Como no quería dejar música, a la mañana iba a la escuela de danza y a la tarde, a la ESMN».

Cuando llegó el momento de elegir instrumento, como una curiosa premonición, ocurrió el impensado vínculo: «No había clarinete, no había cello, pero había oboe. En la ESMN me dijeron ‘¿te interesa el oboe? Pasá por acá’, y fui la segunda alumna de oboe».

Más adelante, llegó la escala en Buenos Aires. Allí, estudió oboe y danza con grandes maestros en espacios prestigiosos (ver parte), como Néstor Garrote (Conservatorio Manuel de Falla); la Carrera de Música Popular Argentina de Juan Falú o la Escuela de Danza de Oscar Araiz. Participó en varias orquestas, como la Libertador San Martin, de Mario Benzekry (tocó como solista «Oblivion», de Piazzolla) y en diversos festivales.

En el festival «Femusic» en Brasil (2011), conoció a Luis Carlos Justi. «Se convirtió en mi guía musical con el oboe y fui a estudiar con él. Hoy, soy estudiante del Conservatorio Brasileiro de Música (Río de Janeiro), que tiene un costo mensual de 850 reales y ellos me otorgan una beca completa de matrícula. Soy también ayudante de cátedra en una de las materias», sonríe.

En Río, se mudó seis veces debido al costo de vida en esa ciudad. Un «pensionato- convento» fue lo más accesible: «Cambié mi estadía y comida dando un taller de danza y música para 22 nenas, de entre 5 y 16 años, que vivían en el orfanato».

Ailen afirma que todas las experiencias vividas significaron un recorrido «muy nutritivo». A finales de 2012, «estaban haciendo audiciones y entrevistas para Berklee College of Music: impensada y sorpresivamente, hice la prueba y fui aceptada. El reconocimiento de entrar ya es lindo, y ahora ellos tienen que decidir qué beca me darán», suspira la talentosa joven.

La matrícula es alta, y se suma al costo de vida diario. Tal vez sea el momento de que tanto trabajo y talento sean acompañados. ¿Será posible soñar y trocar por realidad?

Por PAULA GINGINS pgingins@rionegro.com.ar

FUENTE: diario Río Negro

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