¿La educación de hoy es mejor o peor que la de ayer?

image55457859cb5417.10258751EL SOCIÓLOGO Y PROFESOR E INVESTIGADOR DE LA UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EMILIO TENTI FANFANI OPINÓ PARA TÉLAM Y SE PREGUNTÓ «¿LA EDUCACIÓN ARGENTINA ACTUAL ESTÁ PEOR O MEJOR QUE ANTES?».

En el campo periodístico surge de tiempo en tiempo la pregunta «¿la educación argentina actual está peor o mejor que antes?» (sin mayores precisiones en cuanto a qué significa concretamente ese «antes»). Es obvio que la forma de la pregunta sugiere dos respuestas típicas: está peor o está mejor. Claro que si se le pregunta a un académico, lo más probable es que comience criticando la pregunta y responda que en verdad no existe «la educación» o el «sistema escolar» argentino como una esencia o una sustancia, sino que la educación es una relación que cambia con el tiempo y con la sociedad. Por lo tanto «las cosas son más complejas» de lo que la pregunta sugiere. Pero, para el que formula la pregunta, decir que «las cosas son más complejas» es como una «no respuesta» y por lo tanto no tiene ningún interés.

Por lo general, los agentes sociales tienen más interés por juzgar y formular juicios de valor (está bien o está mal, está mejor o está peor, etc.) que por entender o analizar. Algunos construyen su opinión con base en sus propias categorías de percepción y análisis, otros opinan «por delegación», es decir, reproducen las opiniones que producen sus «portavoces», es decir, sujetos en quienes ellos creen y confían.

En la Argentina, de un tiempo a esta parte, los «productores» más eficaces de representaciones y valoraciones son los ensayistas y periodistas-profetas y excepcionalmente los pedagogos e investigadores sociales.

Como la realidad es compleja y polisémica, ofrece puntos de apoyo tanto para quienes piensan que la educación está «peor» que antes como para quienes están convencidos de que está «mejor».

Si se mira la escuela actual como un punto en una trayectoria, se pueden observar progresos (por ejemplo, expansión de las coberturas, ampliación de la educación obligatoria, aumento del financiamiento educativo, etc.) y dificultades (vaciamiento de sentido de la experiencia escolar, desigualdades en el aprendizaje, debilitamiento de las instituciones públicas, problemas en la formación docente, etc.).

Como la «opinión pública» se interesa más por las visiones sintéticas (la escuela «está mal» o «está bien» ) que por las analíticas (esta dimensión de la escuela está «mejor», esta «se mantiene igual», esta otra «empeora», ec.) todo depende del interés político de quien construye las representaciones «totalizadoras» y por lo tanto deformadas de la realidad.

En última instancia, el propio planteamiento de la cuestión: ¿la escuela está mejor o está peor?, sugiere una respuesta político-ideológica y no analítico-científica. En ésta, como en otras cuestiones, los investigadores y especialistas no pueden competir con los nuevos profetas que se expresan en los medios de comunicación de masas.

(*) Sociólogo, profesor e investigador de la Universidad Pedagógica.

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