La flamante formación artística estable de tango que dirige el maestro Enrique Nicolás estuvo ayer en la Escuela N°256 de barrio Progreso para brindar un concierto didáctico para niños y niñas de entre 9 y 12 años.
Con un repertorio variado ejecutado por piano (Enrique Nicolás), contrabajo (Ezequiel Nicolás), bandoneón (Nicolás Malbos y violín (Fabiola Quiroga Rojas), «para que puedan apreciar los diferentes estilos y subgéneros que integran el Tango», indicó Enrique Nicolás.
Como paso previo al concierto presentan los instrumentos, a qué familia pertenecen, como es la manera de ejecución. Nicolás observó que «la mayoría identifica a la perfección el violín, muchos el contrabajo asociándolos con las familias de cuerdas».
Prosigue que «se explica la función del arco y también se mencionan las partes que constituyen el instrumento (caja, tapas, tastiera, mástil, clavijero, puente) y en este caso el arco, con el que se ejecuta».
Además, nos contó que «la mayoría confunde al bandoneón con el acordeón, por ser de la familia, así que explicamos qué los diferencia. En el caso del piano, explico que es eléctrico, pero imita a los acústicos, cantidad de notas».
El concierto comienza con un «tango propiamente dicho», en este caso «Tomando Color» (autor Roberto Panzera, arreglado por el autor para la orquesta de Anibal Troilo), donde se muestra la marcación típica de cuatro tiempos. Este arreglo permite en forma didáctica, mostrar la marcación, el pulso o ritmo de la música.
«Luego de una breve explicación de cómo se tocaba el Tango en sus orígenes (derivado de la habanera) los introducimos en las formas primitivas del género y les mostramos con una milonga el ritmo propio del 2×4. Para eso elegimos «De mis amores» (Pedro Laurenz), en la que se aprecia claramente la marcación de dos tiempos, para lo cual repetimos parte del arreglo en forma lenta y los hacemos participar a los chicos contando los tiempos.
Nicolás continuó explicando que pasan luego al vals, también integrante de nuestra cultura ciudadana, a través de «Corazón de oro», (Francisco Canaro), en el que inmediatamente indentifican el ritmo de 3 tiempos. Aprovechan para hablar sobre las diferencias de lo que escucharon antes.
Cierran el concierto con «Otoño Porteño», (Astor Piazzolla), aprovechando para mostrar efectos percusivos que se utilizan, en el que los instrumentos no emiten sonidos con afinación sino efectos percusivos.
En este momento dejan paso a que los chicos les hagan preguntas: «todas las preguntas son interesantes, importantes, bien pensadas y de lo más variadas»,
Para el final reservan otra pieza: «Quejas de bandoneón» de Juan de Dios Filiberto. Antes de irse les explican dónde pueden estudiar instrumentos (Escuela Superior de Música o formar parte de Orquestas Infanto – Juveniles) y les dejan que vivan la experiencia «de tener nuestros instrumentos en sus manos y que los hagan sonar».
Fuente: Cultura Provincia