Artículo publicado hace un tiempo por el diario La Nación, de Argentina. ¿Se puede enseñar a ser artista y cuál es el rol del docente? Enseñar o educar requiere esfuerzo. De no ser así el resultado puede ser toda una generación de «hijos malcriados».
Por Rubén Reveco, licenciado en Artes Plásticas – Editor revista Machete
Vivimos una época de docentes desorientados. Las escuelas de artes y facultades están llenas de profesores que sólo tienen la certeza de cobrar un sueldo a fin de mes.
Toda esta falta de profesionalismo se escuda en el manoseado concepto de la libertad que insiste en igualar hacia abajo. Como lo dice casi con orgullo la profesora Ester Nazarian al reconocerse que es de la generación «ni»: Ni aprende ni enseña, ni trabaja ni estudia… Generación de estudiantes que ha puesto en jaque la labor del docente porque este último le resulta mucho más cómodo ponerse al costado y no al frente del alumno.
Esto de «dejar expresar», «buscar el yo interior», no «condicionar la creatividad» ha llevado a una generación chapucera que nada sabe de historia, color, equilibrio, oficio, factura, composición. Nada sabe de dibujar, pintar porque les están diciendo que se deben expresar en una búsqueda del «yo interior» para ser «artistas de su tiempo».
No me imagino en una escuela de música promoviendo estos preceptos, donde no se enseñe armonía; donde no se les enseñe a los alumnos a afinar su instrumento… ¿qué podríamos llegar a escuchar?
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