Los libros que recuerdan la vida y obra de Spinetta, a cuatro años de su partida

56a623004e790_500x500Compositor, guitarrista, cantante y poeta, Spinetta, que murió el 8 de febrero de 2012 a los 62 años por un cáncer de pulmón, fue líder de tres bandas que formaron parte de la fundación del rock argentino: Almendra, Pescado Rabioso e Invisible, además de encabezar otras posteriores como Spinetta Jade y Spinetta y los Socios del Desierto.
Autor de una extensa discografía marcada por la poesía, la filosofía y las artes plásticas, su obra dialoga con Arthur Rimbaud, Vincent Van Gogh, Salvador Dalí, Carl Jung, Friedrich Nietzsche, Michel Foucault, Jean Paul Sartre, Gilles Deleuze y Antonin Artaud, poeta francés a quien el músico le dedicó uno de sus discos más sobresalientes: “Artaud” (1973).

En el libro “Una vida hermosa”, publicado por Atlántida, el poeta y periodista pionero del rock, Miguel Grinberg, quien compartió muchos momentos con el autor de “Cantata de puentes amarillos”, configura una biografía no convencional que explora las raíces de una vida dedicada a la búsqueda artística.

“Periódicamente, de modo sutil y persistente, nacen en este planeta individuos predestinados a crear puntos de referencia singulares, todos ellos afinados en una única perspectiva: la evolución de nuestra atribulada especie. Ya desde niños expresan su ser diferente, su potencial transformador”, sostiene Grinberg en el libro.

Y dice que estos individuos “no vienen a reproducir las firmas tradiciones sino que son portadores de semillas de cambio social y esclarecimiento existencial como simples seres de luz en tiempos de oscuridad colectiva. Luis Alberto Spinetta ha sido uno de ellos desde niño, esa energía transparente fue obvia en él”.
“El futuro bullía en sus arterias y él se hacía notar en todas partes, en su hogar, en la calle con sus amigos del barrio, en la escuela. Supo desde el principio que toda la vida tiene música y afinó sin cesar su sensibilidad en pos del mejor acorde, de la suprema armonía”, expresa su viejo amigo.

Otra joya para quien busca adentrarse en el universo poético de Spinetta es el libro de poesía surrealista “Guitarra negra”, publicado en 1978, que es el único poemario publicado por el artista además del cuadernillo de 52 páginas con dibujos, poemas y reflexiones que viene con el disco “Pescado 2” (1973).

Publicado por Planeta, el libro “Crónica e iluminaciones”, resultado de las charlas que el artista tuvo con el escritor Eduardo Berti en 1988, es considerado uno de los mejores trabajos sobre Spinetta, quien en la edición original del libro dijo: «Me gustaría mostrar en un libro todas las facetas: el pasado, el presente y también el vuelo hacia el futuro”.

«Por momentos ha sido, casi, una suerte de cacería. Spinetta, no hay que olvidarlo, de tan flaco parece intangible, y ha declarado más de una vez que bajo el escenario ‘quisiera ser el hombre invisible’, dice Berti en el libro que, en su reedición aumentada, incluye fotos e ilustraciones nuevas e inéditas, aportadas tanto por fotógrafos amigos como por su familia.

En el libro de ilustraciones “Luis Alberto Spinetta”, publicado por Editorial Seimprime, el dibujante Luis Scafati cuenta: “Cuando me propusieron ilustrar un conjunto de canciones de Spinetta, sentí que si compartíamos el nombre había entre nosotros dos cierta empatía. Tomé eso como un guiño y acepté. Entonces, comencé a escudriñar cada letra, a mirarla con pupila de ilustrador, y apareció ante mi una constelación luminosa”.

“Como cajas chinas, una dentro de la otra, se fueron revelando las distintas facetas de la cosmovisión del poeta-músico. Ahí estaban el capitán Beto y los sueños de Artaud. Ahí respiraban, el guerrero, el chamán Castaneda, las enseñanzas de Don Juan, el ying y el yang junto al alma de diamante, el corazón, conciencia emocional que sangra como un durazno”, dice el artista.

Y un clásico a la hora de sumergirse en la obra de El Flaco es “Martropia”, publicado por Aguilar, una serie de conversaciones que el periodista Juan Carlos Diez mantuvo durante cinco años con el autor de “Todas las hojas son del viento”, donde explora sus inquietudes estéticas, su poesía, su relación con la naturaleza, entre otras cosas.

El interés de Spinetta por la filosofía, la plástica y cierta mirada cósmica lo sitúan, más allá de las diferencias musicales, en un espacio similar al de David Bowie, fallecido el 10 de enero pasado: los dos artistas, siempre innovadores, eligieron abandonar este mundo en silencio, entregando una obra compleja, fuera de serie, única.

Fuente: Télam

 

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