Fue uno de los más notables narradores argentinos del último medio siglo, formador de escritores y fundador de revistas literarias legendarias, como El escarabajo de Oro.
Por Pablo Calvo (Diario Clarín)
Novelista, cuentista, dramaturgo y ensayista, Abelardo Castillo, fue uno de los referentes más notables de la literatura argentina de las últimas décadas. Un intelectual que, además, dejó la huella de su compromiso social y político en revistas literarias como El escarabajo de oro, El ornitorrinco -la primera y más importante revista de resistencia cultural durante la última dictadura- y El grillo de papel. Murió a los 82 años, en la Ciudad de Buenos Aires, donde había nacido en 1935.
Su muerte se produjo a causa de una infección intestinal que lo afectó luego de una cirugía, a la que se había sometido en las últimas semanas, informaron allegados al escritor.
Defensor del relato breve, pero también autor de novelas como «El que tiene sed» y «Crónica de un iniciado» y de obras de teatro como «Israfel» fue un autor fundamental de la segunda mitad del siglo XX en Argentina, que consideraba que el escritor es ante todo «un inmoderado por naturaleza, un rebelde». Sus obra ejerció una influencia clara en las nuevas generaciones de escritores.
Abelardo Castillo en 1969, cuando dirigía “El Escarabajo de Oro”. La revista fue heredera de “El Grillo de Papel”, y sería continuada por “El Ornitorrinco”.
Había nacido en Buenos Aires, el 27 de marzo de 1935, y a los once años se trasladó con su familia a San Pedro, que para él fue su «lugar afectivo», donde vivió hasta los diecisiete años, y en 1952 regresó a Buenos Aires.
El reconocimiento temprano le llegó a los 24 años, cuando obtuvo el primer premio del concurso de la revista «Vea y Lea», cuyos jurados fueron Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Manuel Peyrou.
Abelardo Castillo en 2013 cuando recibió el Premio Clarín a la trayectoria. (Mario Quinteros)
Castillo, además, probó su talento como dramaturgo: 1964 la obra de teatro «Israfel», donde homenajea a Poe, recibió el Primer Premio Internacional de Autores Dramáticos Latinoamericanos Contemporáneos del Institute International du Theatre, UNESCO, París.
En su última obra «Diarios (1954-1991), publicada en 2014 por editorial Alfaguara, desmenuzaba su vocación por las letras, que irrumpió tempranamente en su vida, así como su empecinamiento por persistir en el intento. El libro es a su vez un retrato de una época inolvidable de la literatura argentina.
Fue reconocido en numerosas oportunidades por su destacada tarea como formador de escritores. Su obra fue traducida a 14 idiomas, entre ellos el inglés, francés, italiano, alemán, ruso y polaco.