Neuquén es noticia
16 febrero, 2016 |
Según informa el diario La Nación, Villa La Angostura ensancha su oferta culinaria. Los restaurantes de la villa junto al lago Nahuel Huapi sirven una propuesta cada vez más sofisticada, con chefs reconocidos, en varios pasos y con ciclos especiales auspiciados por bodegas de renombre.
«¿Sienten la combinación perfecta del cordero con uno de los pocos vinos en el mercado argentino de la cepa tinta Carmenére, especiada y profunda? ¿Perciben la caricia al paladar del aromático Pinot Grigio con la trucha de Alicurá?»
Carolina Garicoche se entusiasma al guiar la Viniterra Gourmet Experience en el restaurante Waldhaus, de Villa La Angostura, Neuquén.
No es lo mismo comer cordero en Buenos Aires que hacerlo cerca de la pradera donde pastó o que un guía enseñe que esa trucha proviene de esa estación de piscicultura. Porque la comida es importante pero más aún lo es su relato. Sobre todo si se comparte entre montañas horadadas por el viento, cielos y lagos bellísimos. Este tipo de experiencias entre bodegas y restaurantes transmiten la armonía del maridaje para resaltar las virtudes de un ingrediente en compañía de varias etiquetas. Y sirven también para conocer a fondo los vinos y la gastronomía de un lugar, en este caso Villa La Angostura y sus cada ves más interesantes restaurantes.
Como Delfina, el de la reabierta hostería La Escondida, una casita blanca, de madera, sobre el lago Nahuel Huapi, con la calidez de los viejos refugios de montaña. Declarada Monumento Histórico Provincial, fue el hogar de Ema Dasheler, Delfina, la primera partera que tuvo la villa. Allí cocinan Daniel Beccera y Lucas Dabrosky, ex chef de Las Balsas, delicias con «tinte hogareño», como carpaccio de trucha, vinagreta de frutos rojos y apio; cordero braseado con risotto de cebada perlada a las finas hierbas y cerezas de temporada. La carta cambia semanalmente y siempre incluye insumos locales.
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