Es una caída que parece no tener final.
En esta situación se encuentra la selección subcampeona del mundo y de América, que otra vez se encuentra sin técnico y sumergida en el desesperado proceso de buscar a un nuevo seleccionador.
En total llevan ocho en los últimos 13 años, cifra que refleja la inestabilidad que ha vivido un puesto que en el pasado era símbolo de prestigio e innovación.
«Desde la salida de Bielsa, en 2004, hasta el despido de Bauza, los ciclos breves se volvieron una incómoda costumbre«, escribió el periodista Cristian Grosso en La Nación, recordando con nostalgia que antes de la llegada de José Pekerman sólo hubo cinco seleccionadores en tres décadas.
«Interferencias, incapacidades y descuidos», son algunas de las «culpas dirigenciales» identificadas por Grosso.
Todo en el marco de una crisis que se ha expandido por la mayoría de los estamentos del fútbol argentino, desde el campeonato nacional a la inestabilidad institucional pasando por la selección y su presente deportivo.
Efectivamente, la Albiceleste marcha en zona de repechaje en las eliminatorias sudamericanas y no podrá contar con el mejor jugador del mundo Lionel Messi hasta el último partido de las eliminatorias.
Sin su capitán y talismán, Argentina sólo ha logrado el 29% de los puntos disputados en el proceso de clasificación a Rusia 2018.
Pero ni siquiera con Messi, la selección gaucha lograba atraer a los más exitosos entrenadores argentinos.
Cuesta entender esta realidad al tener en cuenta que Argentina es uno de los principales exportadores de entrenadores en el mundo y que muchos de ellos triunfan en las ligas más competitivas del fútbol europeo.
El problema es que tanto Mauricio Pochettino en el Tottenham inglés como Diego Simeone en el Atlético de Madrid y Jorge Sampaoli en el Sevilla ya han expresado su negativa a dirigir a la Albiceleste dado el presente exitoso que están teniendo en sus carreras.
Incluso los nombres que estarían en una segunda línea de preferencia, como Eduardo Berizzo del Celta o Mauricio Pellegrino del Alavés, se muestran partidarios de seguir cimentando su reputación en el ámbito de clubes antes que arriesgar sus hojas de vida con un fracaso en el banquillo nacional.
Puerta cerrada
En la prensa argentina, en específico en el diario Olé, se menciona el nombre de Simeone como el preferido de la nueva directiva que está al frente de la Asociación de Fútbol Argentino, aunque son conscientes que por delante les queda un largo trabajo de persuasión para tratar que cambie su postura de no dirigir a la selección.
Luego aparece Sampaoli, dada su experiencia al frente de la selección de Chile a la que guió a su primer título internacional en la Copa América 2015 y alcanzó los octavos de final de la Copa del Mundo de Brasil 2014.
La clave para contar con uno de ellos sería en la apuesta en un proyecto a largo plazo.
«Marcelo Bielsa se quedó sin energía entre tantas invasiones y el desapego de Julio Grondona por las reglas. José Pekerman prefirió irse después del quinto puesto en Alemania 2006 abatido y defraudado por el marco dirigencial», enumera en su texto el periodista Grosso.
«Alfio Basile renunció, convencido de un complot desestabilizador. A Diego Maradona no le renovaron el contrato porque su incapacidad estallaba a la vista del planeta. Sergio Batista era apenas un resorte y lo echaron detrás de otro cachetazo deportivo», continúa.
«Agotado por el entorno, Alejandro Sabella ya había decidido marcharse antes del subcampeonato en Brasil. Gerardo Martino renunció cuando descubrió que lo habían dejado solo. A Edgardo Bauza lo manosearon cruelmente durante las últimas dos semanas hasta despedirlo».
Concluyendo que se trató de «un cóctel de imprudencia, hastío e ineptitud para desatar constantes tembladerales alrededor de la selección. Los plazos se venían acortando, una galopante señal de desprestigio».
¿Los elegidos?
Todo eso explica que los entrenadores del momento en el fútbol europeo prefieran mirar hacia otro lado cuando la AFA toca a la puerta.
«Tuve un llamado del presidente de la AFA, pero el sueño de dirigir a Argentina no llega en el momento oportuno«, dijo Sampaoli cuando su nombre surgió como el favorito para sustituir a Gerardo Martino en julio de 2016.
«Yo siempre cuento lo mismo: dentro de mis ideas como entrenador sí me gustaría dirigir a la Selección Argentina, pero está claro que hoy no veo esa situación«, fue la declaración de Simeone en marzo de este año al programa El Transistor.
«Claro que me apetece. Dirigir a la selección argentina es el anhelo de cualquier entrenador», reconoció Berizzo, «pero los tiempos ahora no coinciden y prefiero ser coherente conmigo mismo que dar un salto en el que no creo», fue su posición cuando fue abordado como posible candidato entre la salida de Martino y la llegada de Bauza.
Si para los dirigentes del fútbol argentino Simeone sería el principal candidato, según La Nación los jugadores se estarían decantando por Sampaoli, dada su forma de ver el fútbol, con un sistema de entrenamiento y de juego moderno.
Y ese es un factor con el que también cuenta Berizzo, surgido de la misma escuela que Sampaoli al haber trabajado con Marcelo Bielsa en la selección chilena.
Por lo demás, el tiempo corre en contra de la AFA. Si bien las eliminatorias se reanudarán recién en agosto, sólo hay una fecha para el fútbol de selecciones en el que Argentina jugará ante la sorprendente Brasil de Tite el 9 de junio en Australia.
Para ese entonces ya habrán terminado los campeonatos en el fútbol europeo y habrá un panorama más claro de la situación de Simeone, Sampaoli y Berizzo, quien es el único de los tres que finaliza contrato este año.
Por ahora no surgen otros nombres y allí está la encrucijada en la que se encuentra la selección argentina, perdida y sin técnico en un año en el que está en juego su clasificación a la fase final del mundial de Rusia.
La última vez que Argentina no estuvo en una Copa del Mundo fue en México 1970, escenario que parecía impensable que se podría repetir con un plantilla plagada de estrellas del fútbol internacional y en especial con Messi en sus filas.