Quino: homenaje al maestro

Quino, quien cumplió 80 años, fue homenajeado con un mural de 15 metros. El padre de Mafalda confesó que le da “mucha tristeza” que sus tiras “no hayan perdido actualidad“. “El ser humano es así y lamentablemente sigue equivocándose con mucha frecuencia”, dijo.

El humorista y dibujante Quino, que el pasado martes celebró en Mendoza sus 80 años de vida, fue declarado huésped de honor y homenajeado con un mural en la municipalidad de Godoy Cruz, que desde ayer muestra en una de sus paredes la caricatura del creador de Mafalda junto a los entrañables personajes de esa popular tira. Durante el homenaje, Joaquín Salvador Lavado Tejón celebró que “no se haya perdido el amor por el dibujo y la historieta (…) me han contado que los chicos nuevos, como les cuesta publicar en medios gráficos, se dan a conocer por Internet y están haciendo cosas buenísimas”, comentó el dibujante.

En la mañana de ayer numerosos vecinos de Godoy Cruz se sumaron al festejo junto a amigos y familiares del historietista, que en medio de globos y libros de su autoría compartieron el descubrimiento de un colorido mural.

“¡Basta, basta!”, pidió Quino a los fans que no paraban de aplaudirlo y gritarle “maestro” y “genio”, emocionado ante tantas muestras de cariño.

El intendente de Godoy Cruz, Alfredo Cornejo, presidió la inauguración del mural de 15 metros de largo por dos de alto ubicado en plena explanada del edificio municipal, obra del artista mendocino Natalio García.

Junto a varias placas de reconocimiento a la “labor artística, legado cultural y honorable sencillez” de Quino, la comuna preparó una instalación con Mafalda, sus amigos y réplicas del Citroen 2CV donde paseaba la familia en la tira que fue traducida al francés, alemán, portugués, coreano, chino, griego, turco, hebreo e inglés, entre otros.

“Quiero agradecer al maestro que me enseñó a dibujar; Sergio Sergi en la escuela de Bellas Artes de la UNCuyo. Él me enseñó a dibujar a los 14 años cuando yo me preguntaba para qué me serviría saber perspectivas si yo quería ser historietista”, dijo un Quino emocionado a la prensa.

Y agregó: “Agradezco todas las muestras de afecto, la verdad que estoy teniendo un cumpleaños feliz por estar en Mendoza. Lo que más me conmueve es cuando los padres se acercan y me cuentan que sus hijos aprendieron a leer con mis historietas”.

Sin embargo, tuvo su cuota de sentimientos encontrados al señalar que le da mucha tristeza que sus tiras “no hayan perdido actualidad”. “Pero bueno, el ser humano es así y lamentablemente sigue equivocándose con mucha frecuencia”, aseguró.

En esa línea señaló que “en Argentina estamos cometiendo el error de que haya muchas peleas entre todos en vez de estar todos para un mismo lado, lo que me causa preocupación”.

Un par de horas antes Quino había manifestado a distintos medios que los años “no pasan, se te quedan en el cuerpo”. Y asintió que se siente “como un arquero que no sabe por dónde le entró la pelota”.

Por otro lado, explicó que sus problemas visuales le limitan a la hora de dibujar y que prefiere disfrutar su tiempo con la música, el cine y la gastronomía. “Para qué gastarme en que se me ocurran cosas que después no puedo dibujar. Es como si un tenor tiene problemas con las cuerdas vocales”, aseveró

El padre de Mafalda confesó que después de dibujar a su pequeña heroína durante diez años se sintió mejor con el personaje de Libertad, la hija de padres hippies a la que incorporó a la tira en su etapa final.

Desde el parque de la comuna godoycruceña, una gran torta con Mafalda –con la inscripción ‘Feliz cumpleaños, papá’- que decía en su cubierta y chocolate caliente para los presentes cerró un merecido homenaje a este mendocino que desde muy joven vive en Buenos Aires.

En otros homenajes, Mafalda le había quitado protagonismo al propio Quino, como un mural conmemorativo realizado en 2009 en una estación de metro de Buenos Aires, mientras que una escultura de la niña sobre un banco invita a sentarse junto a ella en el barrio porteño de San Telmo, a metros de la casa donde fue dibujada por primera vez.

Camino intachable

Hijo de inmigrantes andaluces, tras la muerte de su madre en 1945 Quino empezó a estudiar en la Escuela de Bellas Artes de Mendoza, pero al morir su padre abandonó la escuela con la intención de convertirse en autor de historietas cómicas.

Hizo el servicio militar, por entonces obligatorio, y en 1954 se estableció en Buenos Aires, donde comenzó a publicar regularmente en la revista Rico Tipo, a la que siguieron Tía Vicenta y Doctor Merengue.

Al poco tiempo empezó a hacer dibujos publicitarios y publicó su primer libro, “Mundo Quino”, en 1963. Ese mismo año creó a Mafalda (ver aparte).

Libertad -quien por estos días es su personaje favorito-, Susanita, Felipe, Manolito, Guille y todos los amigos de la contestataria Mafalda pasaron al desaparecido diario El Mundo (1965 y 1967), tras lo cual tuvieron su primera compilación.

Luego pisaron Italia, llegaron a España etiquetados “para adultos” producto de la dictadura franquista, y de ahí al resto del mundo: Brasil, Corea, Finlandia y Noruega son algunos de los países que cuentan con sus propias traducciones.

El 25 de junio de 1973 Quino dejó de dibujar la tira porque, según consignó en su momento, se le habían “agotado las ideas”; tras lo cual se trasladó a Milán donde continuó realizando páginas de humor.

Entre su obras también cuentan “Mundo Quino”; “Quinoterapia”; “A mí no me grite”; “Yo que usted?”; “Gente en su sitio”; “Potentes, prepotentes e impotentes”; “Sí, cariño”; “Yo no fui”; “Humano se nace”; “Bien, gracias, ¿y usted?”; “Hombres de bolsillo”; “A la buena mesa”; “Ni arte ni parte”; “Déjenme inventar”; “¡Qué mala es la gente!”; “¡Cuánta bondad!” y “Cuentecillos y otras alteraciones”.

Cierta vez, interrogado Julio Cortázar sobre el personaje que lanzó al dibujante mendocino a la fama mundial, el escritor respondió en broma: “Eso no tiene la menor importancia. Lo importante es lo que Mafalda piensa de mí”.

 

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